Nuestra vida no solo discurre por un tiempo lineal (Cronos) regido por el reloj y el calendario, como una secuencia aburrida de segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años. El tiempo, afortunadamente, tiene otras dimensiones que nos abren a conectarnos con otros mundos y realidades. El Kairós nos abre a la inspiración y la creatividad, mientras que el Aión es el tiempo del espíritu, la interioridad y la conexión con lo divino. Nuestra existencia depende por completo de la manera que habitamos y permanecemos en esas tres esferas del tiempo, definiendo que cada uno de nosotros se convierta en un ser vulgar, creador o espiritual; tres categorías que forman parte de cada uno de nosotros variando únicamente su proporción.
Hay tres formas de vivir el tiempo.
El tener una noción clara de las tres dimensiones del tiempo nos sirve para conducir nuestra vida, de lo contrario podemos ser arrastrados por Cronos y perdernos las cosas más apasionantes de la existencia relacionadas con la creación y la espiritualidad que nos permiten desplegar nuestro talento y alcanzar la mejor versión de nosotros mismos.
Todos experimentamos la sensación de vacío, desasosiego, impaciencia, ansiedad, pérdida de sentido y, en último término, de nihilismo al que nos conduce Cronos, casi siempre asociado al trabajo, los quehaceres cotidianos y el aburrimiento al que nos somete un tiempo que transcurre de manera lenta y pesada. A su vez reconocemos los momentos en los que por arte de magia nos sumergimos en el Kairós y sin darnos cuenta cambiamos de registro, entonces el tiempo comienza a fluir de forma diferente e incluso perdemos la noción de su secuencia cronológica, algo que nos ocurre cuando estamos creando algo o haciendo lo que nos apasiona. Y también hay momentos donde nuestra mente se conecta con la espiritualidad, con lo universal, con la naturaleza, con la oración, con la meditación.
El habitar las diferentes esferas del tiempo condiciona por completo nuestra vida.
La vida moderna nos ha sometido al imperio de Cronos, donde todo está en función del reloj, el calendario y los dictados de la economía de tiempo y movimiento contenidos en el manual de Taylor que rige el mundo de la Era Industrial. Todo ello a costa de reducir los espacios vitales que deberíamos consagrar al Kairós y el Aión.
Aprender a vivir las tres dimensiones del tiempo.
Aunque todos sabemos que el tiempo puede convertirse en una pesadilla al hacerse largo y pesado, también hemos experimentado la magia que se produce cuando el tiempo se convierte en vibrante y trascendente. Así reconocemos también los ambientes aburridos, creativos y espirituales.
Cuando uno descubre las tres dimensiones del tiempo y decide cómo habitarlas, la vida comienza a cargarse de sentido y a fluir de manera más armoniosa.
Cultivar el arte de cambiar de registro temporal.
Si solo permaneciésemos en una única dimensión del tiempo, la vida sería agotadora y frustrante. Tenemos que aprender a dosificar nuestros momentos vitales para alcanzar un equilibrio entre la cotidianidad y el aburrimiento, la excitación que produce la creación y la calma de lo espiritual.
Desde aquí podemos manejar la ansiedad, la depresión o la crisis del sentido que nos afecta, cultivando habilidades para gestionar la paciencia cuando Cronos nos atosiga con la inmediatez, aprendiendo a cambiar de registro y entrar en la dimensión de Kairós mediante la dedicación de nuestra fuerza creativa a actividades artísticas, nuevas oportunidades y cursos de acción, o a calmar la mente mediante el pensamiento trascendente y la meditación. La clave es aprender a saltar de registro y a hacerlo de manera intencionada.
Los antiguos griegos eran mucho más modernos que nosotros y conocían mucho mejor los entresijos del ser, la ontología humana y las fuerzas que rigen el universo. La prueba es que entendían perfectamente las realidades y significados del tiempo y su trascendencia para el ser humano, por eso crearon tres divinidades (Cronos, Kairós y Aión) para ayudarnos a habitar esas tres dimensiones y fluir con ellas.
No podría vivir en el imperio de Cronos, la vida no tendría sentido para mí. Me apasionan las personas y los ambientes gobernados por Kairós y Aión porque están teñidos de magia, inspiración y energía creativa.
Adelante!!!