Es posible que te hayas planteado alguna vez poner en marcha una empresa, en ese momento habrás pensado ¿Qué tengo que saber para que mi empresa funcione? Tal vez hayas tenido la mala suerte de hacer un curso de creación de empresa, con lo que te habrán quitado las ganas de seguir adelante, y no te faltará razón.
Tres sencillos consejos.
Lo primero que te recomiendo es que no acudas a los programas de formación que te ofrecen los servicios públicos (cursos, carreras…), porque tendrás el fracaso prácticamente asegurado. Observa que las personas que pasan por esos procesos raramente terminan creando su empresa, y las que lo hacen ya tenían tomada la decisión de antemano (salen los mismos emprendedores que entraron, cuando no se queda alguno por el camino).
Los programas de creación de empresa se ocupan de los trámites, procesos de gestión, aspectos teóricos sobre mercado, clientes, cálculos, económicos… Tareas útiles si quieres montar una gestoría, pero que no te servirán para otro tipo de empresa.
En segundo lugar no emprendas presionado por la ansiedad de la necesidad, hazlo por convicción y motivación.
En tercer lugar, olvídate de los «pelotazos» y de hacerte rico en cuatro días, puede que eso suceda con el tiempo pero ponte en una situación de partida acorde con tus posibilidades y necesidades. Primero en vender cosas y obtener un beneficio del que puedas vivir con dignidad. A partir de ahí, y cuando conozcas los entresijos del negocio podrás crecer y tomar dimensión.
Cuando me preguntan cuál es la cantidad necesaria para iniciar una empresa suelo responder que 0 euros. Claro que si tienes mucho dinero, mejor que mejor, pero ten en cuenta que no te puedes gastar lo que no tienes, ni hacer las cuentas de la lechera con el dinero de otros.
Una empresa es una red de conversaciones efectivas en torno a ofertas, pedidos y promesas organizadas alrededor de una declaración fundacional. En esencia es descubrir lo que la gente necesita y ofrecerlo para obtener una ganancia, generando satisfacción en quien compra.
15 cosas que tienes que aprender.
Ahora vamos a ver las 15 cosas (competencias) que necesitas aprender para poner en marcha una empresa exitosa.
Aprender a escuchar. Una empresa nace fruto de la escucha de algo que no funciona, en esencia supone que todas las desazones y grandes problemas que enfrentamos son oportunidades empresariales. Por eso, el primer trabajo es que aprendas a escuchar y desarrolles curiosidad, sensibilidad y predisposición emocional ante los problemas del mundo, y comiences a verlos con alegría.
El acto de escuchar es indisociable del habla, por eso para escuchar de manera efectiva necesitamos aprender a hablar productivamente, y eso pasa por cultivar un amplio círculo de relaciones sociales y tener buenas preguntas: “¿Qué te preocupa? ¿Qué te hace feliz? ¿Qué te hace infeliz? ¿Qué necesitas? ¿Cómo te podría ayudar?…”
Aprender a declarar. Toda empresa surge de una declaración, cuando alguien dice: voy a crear una empresa para hacer esta cosa…
A menudo me encuentro con gente que dice llevar tiempo intentando montar una empresa y pregunto que dónde, cómo y a quién se lo han declarado. La sorpresa es que casi nunca ha habido una declaración efectiva, y claro, sin declaración fundacional no hay empresa, sencillamente porque los clientes, proveedores, financiadores, prescriptores; no lo saben, y nadie te puede ayudar o colaborar contigo si no sabe cuales son tus intenciones.
Cuando fruto de la escucha y del descubrimiento de lo que necesita la gente, tengas una idea clara de lo que puedes ofrecer, y tu decisión sea firme, debes declararlo al mundo, empezando por las personas que tienen que formar parte de la red de tu empresa (comprando lo que vas a fabricar u ofrecer, ayudando a producirlo, financiarlo, recomendarlo…).
Aprender a pedir. Parece de perogrullo pero no lo es ¡No sabemos pedir de manera efectiva! Y si no sabemos pedir, no podemos esperar que otros nos ayuden.
Aprender a pedir necesita practicar mucho, cuando te pongas en la acción te darás cuenta que te tiemblan las piernas, sencillamente porque en nuestro dominio cultural el acto de pedir no está arraigado, necesitas por tanto, arrojo, disciplina y hábito para pedir.
Aprender a prometer. Pedir no es gratuito (quid pro quo), supone que para que un pedido sea efectivo y valioso, tienes que llevar una promesa del mismo o mayor calado que lo que vas a pedir.
Aprender a articular y modular pedidos y promesas (ofertas). De los pedidos y las promesas nacen las ofertas, que constituyen el saber central de todo líder y emprendedor. Los pedidos y promesas los puedes hacer en clave de oferta: “Tengo esta oferta para ti, tú haces esto……………………, y a cambio recibes esto otro ………………. De esta manera yo gano esto…………………., y tú ganas………………..”.
El problema está en que esto no funciona como una regla fija, más bien es un proceso de ajuste, y claro, los hacedores de pedidos, promesas y ofertas, no aciertan a la primera, la diferencia entre un emprendedor y uno que no lo es, está en la perseverancia mediante ensayo y error hasta modular y encajar el pedido y la promesa, y para eso es determinante la capacidad de escucha.
Esta parte precisa de un entrenamiento intensivo porque afecta a la parte emocional del individuo (nos sentimos debilitados y sufrimos crisis emocionales cuando los demás declinan nuestras ofertas). Sin embargo, en el nuevo esquema de pensamiento, esto ha de ser interiorizado y somatizado como un proceso de aprendizaje y crecimiento. Cuando alguien no acepta una oferta no es algo personal, está declinando un ofrecimiento, no te está descalificando o desautorizando, sencillamente te está indicando que inventes otras condiciones.
Aprender a afirmar y enjuiciar. Distinguir entre lo que es un juicio y una afirmación nos ayuda a desarrollar el espíritu crítico, discernir, valorar situaciones y tomar decisiones sustentadas en afirmaciones y juicios fundados, un aspecto esencial en la toma de decisiones diaria de una persona emprendedora.
Aprender a dirigirte y dirigir a otros. Desde la creación de una visión / misión de futuro poderosa, a construir un camino sobre el que conducir la acción.
Aprender relaciones internas. A coordinar un equipo de personas y crear relaciones de interdependencia entre la red de personas que invitas a formar parte de la empresa.
Aprender relaciones externas. A crear sinergias y relaciones con otras personas y organizaciones de fuera de la empresa (clientes, proveedores, financiadores, prescriptores, competencia); desde el principio ganar/ganar. Aprender a colaborar y cooperar, abriéndonos a otras relaciones, e incorporando nuevos socios y aliados.
Aprender a realizar el trabajo con impecabilidad. Producir calidad y generar una cultura de trabajo basada en el escrupuloso cumplimiento de los compromisos desde la realización correcta de los ciclos y flujos del trabajo (pedir, negociar, acordar, realizar, entregar, satisfacer).
Aprender a aprender. A aprender de forma permanente porque el entorno y el mercado cambian con gran rapidez y necesitas adaptarte a los cambios desde el aprendizaje.
Aprender a innovar. Como nuestro entorno cambia a gran velocidad, necesitas prácticas para la innovación permanente basadas en la creación de ideas, procesos de innovación transversal aplicada, prototipado, co–crea
Aprender a gestionar emociones y estados de ánimo. A crear espacios emocionales expansivos, a hacerte cargo de los estados de ánimo de la gente y generar una emocionalidad positiva en todo lo que haces.
Aprender a planificar y planear. A diseñar una estrategia desde una planificación flexible, definiendo los objetivos, el plan de acción y la asignación de recursos para cumplir nuestros fines.
Aprender a evaluar y reprogramar. En un entorno volátil necesitas pararte, mirar el camino recorrido y otear el horizonte, establecer indicadores, medir los avances y redireccionar la acción si es necesario.
Para facilitarte esta tarea de aprendizaje como persona emprendedora o empresaria, desde Emprendedorex hemos creado un método y un modelo de aprendizaje (MODELO 6-9) desde el que entrenamos esas 15 competencias.
Con organizaciones que poseen una visión disruptiva del emprendimiento, estamos desarrollando de forma conjunta una serie de procesos para producir nuevas personas emprendedoras desde un nuevo concepto de la formación para la creación de empresa, a través de un Laboratorio de innovación que presta los siguientes servicios: aprendizaje práctico de la fabricación del producto o servicio, diseño final del producto (marca, etiqueta, formato, embalaje), dimensión correcta de las instalaciones e inversiones, diseño del plan comercial y mentorización. El entrenamiento incluye la incorporación de nuevas técnicas que implican al cliente final en el diseño del producto o servicio, como el design thinking.
Si quieres emprender, toma nota y hazte cargo de tu propio aprendizaje y de tu propia vida, te obligará a aprender cosas nuevas y de manera diferente. Y lo que es muy importante, olvídate de las heroicidades de los grandes empresarios que te ponen como ejemplo, de esos solo hay unos cuantos en cada país, y de lo que se trata en principio es de que inventes tu propia profesión y forma de ganarte la vida, una tarea apasionante y auténtica.
No hay tiempo que perder, si te decides, puedes hacerlo a través de nuestras herramientas, muchas organizaciones y gobiernos ya lo están haciendo con nosotros. Adelante!!!
Artículos relacionados.
- http://juancarloscasco.
emprendedorex.com/las-grandes- mentiras-del-emprendimiento/ - http://juancarloscasco.emprend
edorex.com/aprende-los-fundame ntos-para-cooperar-y-colaborar -en-5-minutos/ - http://juancarloscasco.emprend
edorex.com/como-se-crean-y- transforman-las-organizaciones / - http://juancarloscasco.emprend
edorex.com/cual-es-tu-plan/ - http://juancarloscasco.emprend
edorex.com/los-lideres-crean- relaciones-y-desarrollan- alianzas-como-hacerlo/ - http://juancarloscasco.emprend
edorex.com/emprended-cabrones- emprended/#comment
Pingback: Una Guía con 62 herramientas para el profesor del siglo XXI. | El blog de Juan Carlos Casco