En este post quiero que visualices la importancia del relato para alterar el curso de los acontecimientos y crear nuevas realidades, apropiándote de esta poderosa herramienta para dar a luz nuevos proyectos y emprendimientos, reforzando tu liderazgo e influencia en el contexto de un mundo convulso y ávido de unirse a buenos relatos para abrirse paso. Si miras a tu alrededor, el éxito de cualquier empresa reside en la calidad de su relato para entusiasmarnos.
El primer acercamiento que hacemos a una persona u organización es a través de su narrativa, dependiendo de su riqueza así es la influencia que ejerce sobre nosotros. Un buen relato es capaz de concitar los recursos y adhesiones para materializar su propuesta, uno malo puede contar con todos los recursos y parabienes y terminar en fiasco. Por eso es muy importante que aprendas a escuchar los relatos que portan las personas y las organizaciones para ayudar a mejorarlos y encauzarlos, y más aún que lo hagas con el tuyo propio porque de él dependerá tu impacto en el mundo. El futuro es los relatos poderosos que se abren paso en las conversaciones sociales.
El relato en sus diferentes manifestaciones constituye el mundo.
La fuente más efectiva para la creación de valor de la que dispone el ser humano es el relato (capacidad de elaborar seductoras narrativas, historias, cuentos, discursos). Cuando compramos productos, experiencias, nuevos futuros, repúblicas, promesas, cielos, paraísos…; estamos comprando el bello relato que alguien diseñó para seducirnos. Podemos vivir con lo mínimo, pero nos resulta muy difícil la existencia sin las historias que nos constituyen y confieren sentido a nuestra existencia.
Las cosas se crean 3 veces, en 3 momentos, en 3 planos de realidad. Cualquier acto creativo tiene 3 pasos en torno a un elemento común (relato). Primero ocurre en la mente de una persona, en el imaginario donde se diseña y elabora, luego pasa en el conversar con otras personas cuando se cuenta a otra gente, y finalmente se materializa (los seducidos por el relato lo hacen realidad al tomarlo como guía para su actuar).
Un relato falso diez veces escuchado es etiquetado por la mente humana como una realidad. Los manipuladores de la Historia saben bien que una mentira mil veces contada se convierte en una verdad.
La mente humana tiene una gran dificultad para crear buenos relatos del futuro que conecten con las sensibilidades del pasado de las personas, por eso, como seres humanos somos gregarios y tenemos una tendencia natural a congregarnos en torno a quienes nos construyen buenos relatos, a sabiendas de que en muchas ocasiones son fabulados o simplemente deformaciones de la realidad. Pero necesitamos a los portadores de relatos porque nos ayudan a dar sentido y significado a nuestra vida y conferir valor a la existencia. La estupidez humana no tiene límites y de ella se aprovechan los “buenos inventores y narradores de historias”.
El poder vive en la hegemonía de su relato.
Tan importante es el relato que a lo largo de la historia ha sido el valor más codiciado por el poder. El monopolio de la narrativa colectiva y la sanción sobre las historias de lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo, lo lícito e ilícito; constituyen el campo de la disputa y el control, es el objetivo y resorte mismo del poder y la única posibilidad de ascendencia del contrapoder. Uno puede perder la vida, ser encarcelado, condenado al ostracismo, vituperado o ninguneado por contar un relato alternativo al del poder.
Tu influencia nace cuando ofreces un relato alternativo cargado de emoción y significado, un arma poderosa que hay que saber manejar porque tiene retroceso.
La educación, que responde a un diseño interesado del poder, ha dejado la enseñanza y el aprendizaje del “relato poderoso” fuera de las aulas, a sabiendas de que puede convertirse en una herramienta potente en manos de la ciudadanía para crear riqueza, influencia, autoridad y contrapoderes. Por eso no hemos sido educados para ser productores de relatos influyentes cargados de emoción, ambición, compromiso, acción y movilización; la educación nos programa como a zombies para asimilar los relatos oficiales y reproducirlos, eliminando nuestro sentido crítico y actitud proactiva, limitando nuestras opciones a la creación de narrativas menores sin fuerza para cambiar el mundo.
Todos sabemos que la historia es una deformación oficial pergeñada por el establishment, un cuento artificioso del pasado que cambia a su antojo las etiquetas de héroe/ villano, traidor/patriota, terrorista/justiciero…
Las historias se construyen a partir de unos cuantos hechos objetivos, que un observador (subjetivo) combina y altera a su interés. Partiendo de unos mismos hechos se construyen relatos diferentes y se diseñan cursos de acción de futuro.
Podemos decir que además del discurso oficial que dice de donde venimos, quienes somos y adonde vamos; dentro de nosotros viven otras historias más personales pero consecuentes con el signo de nuestra cultura. Si quieres construir un proyecto (empresarial, político, social, cultural…) necesitas inventar un buen relato que encaje con la tradición de las personas a las que lo diriges, que hable a sus sensibilidades, interpretaciones, intereses y preocupaciones; ofreciendo un curso de acción futuro motivador y coherente con esa tradición.
Los relatos transformadores tienen una parte de tradición y otra de innovación, combinan armoniosamente lo viejo (identidad) con lo nuevo (promesa), tienen elementos reconocibles aderezados con novedades. Todo esto constituye también la base de los productos y servicios innovadores (innovación) que tienen éxito en el mercado.
El lenguaje es generativo.
El relato es muy poderoso, va más allá de la función descriptiva y moralizante, con su narrativa no sólo se fundan identidades y se transmite la cultura, también es fuente de creación de nuevas realidades. Al moldear una atractiva historia del pasado e inventar un cuento poderoso del futuro estamos allanando el terreno para que su enunciado ocurra.
Cualquier acto humano (muchos opinan también que es extensible a cualquier acto creativo del universo) está precedido de la palabra: cuando me levanto a tomar un vaso de agua, cuando juntos decidimos llevar a cabo una tarea, cuando unos cuantos deciden crear una república… ;previo a la materialización de todas éstas realidades, hay un primer motor que desencadena las acciones, es la palabra: autodiálogo interior (me digo a mí mismo que vaya a tomar agua porque tengo sed), conversación (cuando en un diálogo nos ponemos de acuerdo para hacer algo y luego lo hacemos), acto colectivo (creamos la república porque estaba en un relato que escuchamos o inventamos). Todo en el universo es inventado y el relato es el precursor que desencadena (“gatilla”) la acción y la creación.
Primero fue el verbo, es una creencia que está en la base de diversas cosmogonías (el propio pensamiento es una manifestación de nuestro verbo interior), un acto creativo que desde diferentes tradiciones explica el origen del universo y de todas las cosas que ejecuta la divinidad utilizando el lenguaje (hágase el cielo y la tierra, los animales, el agua…), es el acto constitutivo de la realidad en cualquier plano.
Haz clic aquí si quieres profundizar en el tema: http://juancarloscasco.
La parte más sutil y elaborada, la manifestación más refinada del verbo es el buen relato.
La simple invocación de una cosa difícil, incluso imposible en el momento que se pronuncia, se torna en una posibilidad en el momento que se verbaliza, sin darnos cuenta comienza a deslizarse hacia nuestra mano e incluso en nuestra mente la palpamos por instantes. Hace unos años decía en un post que cuando un gobernante pronuncia la palabra independencia o mi hija pequeña me decía que se iba a Londres, sabía que las intenciones de ambos, si se invocaban reiteradamente, alterarían el curso del acontecer (ella ya vino de Londres y el otro consiguió que se declarara la independencia en el parlamento).
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La fuerza profética del relato.
Si el relato es potente se convierte en una profecía autovalidada y autocumplida, serán los propios destinatarios del relato los que lo hagan realidad. La legalidad puede ser restaurada pero en la mente de la gente está la profecía y la liturgia de la declaración (si la república vivió por un rato en la mente de la gente, siempre será posible revivirla, ocurra o no, la palabra alteró el curso del acontecer).
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Crea un cielo confortable y te crecerán los apóstoles y los creyentes. De éste axioma se han apropiado muchos oportunistas sin escrúpulos para cometer sus fechorías, pero en sí mismo es el Arcano mayor del liderazgo, el instrumento para transformar la realidad y construir un mundo mejor, es el poder del relato, que como tal puedes cultivar y utilizar al servicio del bien.
Observa bien que los grandes relatos nos hablan de un pasado del que somos parte esencial y de un futuro en el que somos artífices fundacionales. Un mundo en crisis en el que las narrativas que nos constituían han perdido su fulgor, es el momento crítico que abona el terreno para que germinen nuevos relatos, aunque resulten artificiosos e inverosímiles, incluso a contrapelo con la historia y el sentido común.
Nuestras viejas marcas desgastadas y devaluadas crean las condiciones para que se abran y comiencen a vivir en nosotros nuevos cuentos que ocupen el sentimiento de orfandad que han dejado las historias que ya no nos dan sentido, ayudándonos a superar la miserable levedad de nuestro ser que se ahoga en una historia que ha perdido brillo, lanzándonos a ser parte de otra más prometedora aunque sea inverosímil.
Somos cuentodependientes de los relatos de opresiones y humillaciones históricas, de la identificación de enemigos y divinidades idealizadas, de la necesidad de liberación de un tirano común que nos asfixia, de la superación de un tiempo presente a través de un tiempo de lucha que nos trasladará a una segura Arcadia ya profetizada en el relato de nuestros próceres.
Como seres humanos somos diferentes y asimétricos, el elemento que nos modela y cohesiona es un discurso compartido, el poder de un relato artificioso nos puede proporcionar una alucinación temporal de nuestra identidad en torno a un cuento inventado del pasado que nos proyecta a la “unidad de destino en lo universal”. Esa es la verdadera realidad que nos constituye, en esencia se trata de una emoción ¿pero qué mueve el mundo y lo transforma mas que las emociones?
El relato nace en la escucha de las sensibilidades colectivas, crea la visión y la misión, la promesa, la oferta de un futuro mejor, la capacidad de pedir a la gente que entregue lo mejor de sí misma a la causa sin entregar nada a cambio, el espacio para trabajar juntos y coordinar nuestras acciones, el clima emocional, la planeación, el compromiso; y se manifiesta en su declaración fundacional. La narrativa crea el mundo y nuestra realidad. Es el verbo en su vertiente transformacional.
El poder de las personas emprendedoras, líderes, estadistas… reside en la calidad de sus relatos y en la coherencia personal (actuar en consecuencia con el discurso). Si planteas el órdago de crear una república y romper con la institucionalidad vigente, tienes que poner el interés de la gente que movilizas por delante del tuyo y estar dispuesto a inmolarte si fuera necesario. Primero hay que crear el relato, luego fijarlo en el imaginario colectivo y finalmente ser coherente. Cuando el relato forma parte de las conversaciones sociales, la nueva realidad está en camino, es sólo cuestión de tiempo.
Aprende aquí a crear tus relatos en el formato de discursos: http://
Vivimos tiempos de celeridad e incertidumbre, tiempos convulsos, lo nuevo se torna viejo con rapidez, no podemos pronosticar con un cierto tino lo que va a ocurrir la semana que viene. La globalización y la revolución tecnológica nos han generado el espacio para crear y desarrollar conversaciones explosivas y con ello la transmisión y propagación de los buenos relatos que se abren paso de manera exponencial. Creamos nuestro mundo con el lenguaje y los buenos creadores de relatos están haciendo su agosto, sobre todo cuando al otro lado solo se contrapone el pobre relato de la tradición y el poder.
Mira aquí como ocurre la obsolescencia: http://
Cuando hemos construido el relato, tenemos a nuestra disposición toda la tecnología con la que se abre paso: hablando, declarándolo, prometiendo, pidiendo, ofertando, dirigiendo, coordinando, emocionando, planeando, proyectando….
Aprende aquí las competencias para la construcción de tu relato: http://
Igual que una emoción sólo se puede cambiar enfrentándola con otra más fuerte, un buen relato sólo lo puede parar un contrarrelato de mayor calidad, sinceridad, autenticidad, afecto… En mi país por ejemplo, las fuerzas separatistas han ganado la batalla del relato y están cosechando un rédito descomunal, al otro lado sólo está el contrarrelato desgastado del viejo nacionalismo. La situación sólo se puede revertir con un nuevo relato cargado de autenticidad y modernidad que entierre a sus precursores.
Un ejemplo de relato que desmonta a otro basado en falsedades: http://
El futuro es la fuerza del relato que se abre paso en la mediocridad de narrativas en las que vivimos en el día a día, es la energía creadora del mundo. Los profetas vestidos de narradores mueven los resortes que crean la historia.
Hace dos décadas cuando perfilábamos nuestro modelo 6-9 para la capacitación de líderes y emprendedores, comenzábamos el entrenamiento con el ejercicio de creación de narrativas (relatos) como eje que constituye y materializa los proyectos humanos. La fuerza del cuento determina el impacto de la acción humana en el mundo. Hoy recuerdo con un gran afecto a los centenares de personas que pasaron por esos talleres y aprendieron el valor de la narrativa. Desde aquí les envío mi cariño y afecto.
Los cambios son imposibles sin relatos potentes y superadores de las viejas historias, y estamos en el momento histórico con los cambios más grandes y vertiginosos de la historia de la humanidad, estamos en la época dorada de los inventores de relatos, ellos moverán el mundo de la política, la empresa, la educación, la cultura, el pensamiento… Por eso es tan importante educar a buenos narradores, para que los ladrillos de sus historias estén cimentados en principios y valores, se inspiren en el bien común y la justicia, encaren los desafíos de la humanidad, se comprometan con la solución de conflictos en lugar de atizarlos, nos hagan el mundo más grande en lugar de trocearlo, nos construyan un cielo más limpio, un agua más pura, unos alimentos más saludables y un alma más noble.
Construye ya tu relato.
Adelante!!!
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Totalmente de acuerdo cuan importante es saber hablar y expresar lo que queremos trasmitir , logramos qur se habran muchas puertas potenciando esta comptencia.
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