Hasta hace poco tiempo la mayor parte de las empresas podían sobrevivir por décadas fabricando un producto u ofreciendo el mismo servicio. En el mundo de hoy la empresa tiene que reinventarse de manera permanente al ritmo de los cambios que acontecen en la tecnología, la economía y la sociedad. Vivimos en realidades líquidas que por momentos se tornan volátiles, lo que nos obliga a una actitud flexible para repensarnos y refundarnos a ritmo de los cambios en el entorno.
Una mirada permanente a lo que acontece en el mundo para trazar el rumbo (geopolítica).
En un universo cuyo centro de gravedad está basculando desde el Atlántico y la influencia occidental al Pacífico y el mundo asiático, por muy pequeña que sea una empresa tiene que tener presente este escenario,
sabiendo que la única posibilidad para tener éxito es colaborar para poder competir.
En un contexto global, lo que ocurre en un extremo del planeta tiene su impacto inmediato en lo local. En este momento las principales tensiones geopolíticas se están desatando por el control de los recursos críticos (energía, alimentos, tecnología, agua…), con su principales epicentros en el Este de Europa (Ucrania) y Oriente (Taiwán y Mar de China Meridional). Los referidos conflictos están afectando a la configuración de los mercados, oferta y demanda de alimentos, materias primas, servicios y manufacturas. Por eso hay que estar mirando cada día los movimientos que ocurren en esas regiones para replantear el plan y la hoja de ruta de la empresa.
En el trasfondo de toda esta vorágine, a lo que estamos asistiendo es a una pugna entre las superpotencias para reconfigurar un nuevo orden mundial. Y todo en un contexto global de hibridación de mundos y realidades, donde las ciudades y los países se han convertido en una miscelánea, un ir y venir de personas, mercancías, productos y servicios.
Análisis de las macrotendencias de la economía para encontrar su nicho.
Si la empresa quiere ser exitosa tiene que encontrar su ubicación en el mercado, y para eso necesita conocer las tendencias económicas de fondo: economía de la experiencia (diseñando experiencias valiosas para los clientes), especialización inteligente (descubriendo en lo que es buena y puede llegar a ser excelente creando economías de escala), movimiento slow (desarrollo de productos y servicios para las personas que buscan estándares de vida tranquilos), economía naranja (industria cultural y creativa), economía plateada (generación de bienes y servicios para personas adultas), mercados de alto crecimiento (fabricación de alimentos khoser y halal), alimentación sana, salud y deporte (macrotendencia de fondo que está orientando las propensiones actuales de los consumidores en buena parte del mundo).
Además, la empresa ha de contemplar otras macrotendencias de fondo en los patrones de consumo: emergencia de la figura del prosumidor (productor y consumidor a la vez), el cambio de la propiedad por el uso, la fabricación deslocalizada (impresión 3D).
Y a todo lo anterior hay que añadir una serie de cambios civilizatorios de gran calado a los que las empresas han de adaptarse: transformación del mundo físico en inmaterial y construcción de réplicas virtuales de todas las realidades físicas (Virtuceno), y emergencia de la Cuarta Revolución Industrial con sus tecnologías disruptivas (big data, robótica, programación, realidad aumentad, blockchain…).
Exploración continua de las fronteras del conocimiento, la ciencia y la tecnología.
Una mirada permanente a los escenarios disruptivos que se abren: convergencia tecnológica NBIC (nanotecnología, biotecnología, infotecnología, cognotecnología),l, fabricación de órganos para trasplantes, longevidad, producción de plantas sin suelo, carne sin animales, comunicación telepática, nuevas formas de producir energía… Son disrupciones en las que las empresas tienen que estar poniendo su mirada si quieren ser viables en el futuro próximo. Y sobre todo, en la dedicación de tiempo para acomodar los últimos avances de la biotecnología, la genética, la Inteligencia Artificial o la robótica a la actividad de la empresa
¿Qué hacer en un entorno tan cambiante?
La empresa ha de formularse las siguientes preguntas: ¿qué soy ahora?, ¿en qué quiero convertirme?, ¿qué puedo ofrecer a mis clientes? Y en torno a sus respuestas diseñar su estrategia y plan para innovar, repensarse y rediseñarse permanentemente.
Nuevas estrategias empresariales habilidades y competencias.
Para habitar en un escenario de incertidumbre y cambio disruptivo, ya no nos sirve con los aprendizajes que recibimos en la universidad y los programas de las escuelas de negocio, debemos cultivar nuevas habilidades y competencias como las que estamos diseñando desde Emprendedorex para las empresas y las organizaciones, de las que te ofrecemos un botón de muestra para que te puedas acercar a ellas:
Aprender a mirar el cambio histórico y cómo se produce, para desde esta práctica descubrir las claves para que la empresa sea significativa en el nuevo contexto emergente (https://juancarloscasco.emprendedorex.com/aprender-a-mirar-el-cambio-historico-para-poder-avizorar-las-tendencias-del-futuro/).
Aprender a mirar cada día los movimientos en la geopolítica y las fronteras de la ciencia y la tecnología, lo que nos dará la clave para trazar el rumbo y planificar conforme a las oportunidades que se abren o se cierran (https://juancarloscasco.emprendedorex.com/pensar-en-global-para-actuar-en-local-conectarnos-con-los-mundos-y-sus-tendencias-para-emprender-en-lo-local/).
Explorar cada día las tendencias y nuevos escenarios, nos dará la clave para ajustar las ofertas a las nuevas demandas de los clientes, como la concentración de la población en megalópolis, la longevidad o el transporte autónomo y eléctrico (https://juancarloscasco.emprendedorex.com/los-mundos-que-nacen-fruto-de-los-avances-cientificos-y-tecnologicos/).
Aprender a mirar lo emergente y lo relevante para aplicarlo a la empresa, las disrupciones que aparecen en cada momento y su incorporación inmediata a la empresa.
Aprender a descubrir e inventar posibilidades con otros, mirar el fluir de los acontecimientos y las posibilidades que se agotan y las nuevas que aparecen, así como aprender a conversar de posibilidades, colaborar y hacer cosas juntos (https://juancarloscasco.emprendedorex.com/3-practicas-para-crear-posibilidades-y-convertirlas-en-realidades/).
Aprender a inventar nuevas necesidades para los clientes. El arte mayor de la empresa no está en satisfacer necesidades sino a inventar otras nuevas que la gente termina adoptando (https://juancarloscasco.emprendedorex.com/el-arte-de-inventar-deseos/).
Si las empresas locales quieren ser viables y exitosas a largo plazo necesitan una estrategia para reinventarse, rediseñarse, resignificarse y refundarse de manera permanente; un esfuerzo que tienen que realizar desde la cooperación, el cambio de prácticas y el desarrollo de una nueva cultura de trabajo.
Adelante!!!
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