Un plan con 7 pasos para transformar personas y organizaciones.
Si eres madre, profesor, empresaria, coach, mentor, orientadora laboral, director, gerente, consultora…; ya te habrás dado cuenta hace tiempo que las recetas para ayudar a las personas que tienes a tu cargo no funcionan. Cuentos como: “estudia, esfuérzate y saca buenas notas” o “sigue instrucciones sin pestañear para ser un trabajador ejemplar” son papel mojado.
En un tiempo incierto necesitamos un nuevo manual de gerencia para ayudar a las personas a desarrollar sus vocaciones, trabajos, futuros profesionales, emprendimientos, proyectos vitales… A continuación te voy a ofrecer el modelo de intervención que hemos diseñado y ponemos en práctica en el trabajo que llevamos a cabo con personas y organizaciones. Para que veas que es fiable, yo lo aplico directamente con mis hijas al igual que en las tareas de consultoría con las organizaciones que nos solicitan sus servicios (es polivalente).
Paso 1. Descubre en qué es buena la persona (o personas), qué le apasiona, cuál es su vocación, cuál es su talento, a qué dedica el tiempo libre, qué está dispuesta a hacer sin cobrar a cambio, qué haría incluso pagando…
Fase de descubrimiento. Ten en cuenta que esta fase no se suele ejecutar en un momento puntual, sino que es un proceso largo de descubrimiento, sintonización y articulación desde la creación de un ambiente de confianza.
Paso 2. Ofrece una mirada global de lo que está ocurriendo en el mundo (mercados, tendencias globales, nuevas posibilidades…); muestra los nuevos escenarios que abren los hallazgos de la ciencia y la tecnología. El objetivo es ayudar a descubrir posibilidades en torno a sus intereses.
Fase de apertura de posibilidades. Te exige conocimiento para abrir el horizonte de posibilidades a la persona, un ámbito al que es ciega. Aquí te conviertes en un embajador de posibilidades para ella.
Paso 3. Desarrolla un proceso creativo mezclando sus intereses con las posibilidades de hacer ofertas al mundo.
Fase creativa. Una tarea de armonizar y orquestar los deseos personales con las posibilidades que aparecen. La clave es mezclar, asociar, realizar conexiones probables e improbables.
Paso 4. Visualización y enfoque al logro, concentra toda su energía en el elemento elegido (propósito, proyecto, acción…), genera con ella una imagen de la obra finalizada.
Fase de focalización.
Paso 5. Declara a esa persona una reputación que sostener, que se sienta responsable del logro por conseguir, que se haga cargo de alcanzarlo. No importa que esté por encima de sus posibilidades.
Fase de empoderamiento. Ten en cuenta que mediante este ejercicio se crea el estado de ánimo propicio (espacio emocional para la acción), aunque es inestable porque la persona necesita acompañamiento y herramientas para hacerlo.
Una persona entrega lo mejor de sí misma cuando se siente en posesión de una reputación que sostener, es importante que esa reputación esté en el límite o por encima de sus posibilidades actuales, ese es el margen de crecimiento que se escala desde el aprendizaje y la mentorización.
Paso 6. Hagamos un plan con fechas y compromisos claros. El ejercicio de aprender a poner fechas y cumplir.
Fase de planeación y programación. Ten en cuenta que un propósito sin una fecha de cumplimiento es sólo una declaración de intenciones, para avanzar necesitamos hitos y fechas que se cumplan.
El objetivo es fijar metas y objetivos ambiciosos pero realistas que nos permitan transitar el camino al logro desde el ensayo / error y el aprendizaje.
Paso 7. Ahora lo hacemos en la práctica y aprendemos.
Yo lo hago y tú estás conmigo (te doy instrucciones), lo haces tú conmigo (vemos cómo mejorar), lo haces tú sola y evaluamos para perfeccionar, tomas a otra persona y replicas el proceso.
Fase de aprendizaje / acción. La clave es la retroalimentación, el aprendizaje práctico y a lo largo de la vida.
Este modelo no es rígido, es una hoja de ruta general que adaptamos a la realidad concreta y al contexto de la persona u organización con la que trabajamos, los procesos de cambio en las personas y organizaciones son culturales, necesitan sus tiempos. Las palabras clave son flexibilidad, sensibilidad, cultivar personas, apoyo permanente y retroalimentación (feedback).
Y ahora vamos a hacerlo en la práctica. ¿Te atreves?
Adelante!!!
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