Hay personas que no han entendido cómo se mueve el mundo de hoy y emplean un tiempo valiosísimo en seguir memorizando información, acumulando títulos universitarios, pensando en ideas fantásticas o regocijándose en la contemplación de su gran talento.¡Tiempo perdido!
Deja de hacer todas esas chorradas y empieza a construirte ya una reputación de la que puedas vivir.
Y eso no quiere decir que no necesites formarte y cultivar tus fortalezas, pero como tareas auxiliares de tu reputación, que será el valor que te dará de comer y la vitamina para crecer a lo largo de la vida. Piensa primero en la reputación que quieres alcanzar y luego decide qué tienes que hacer para conseguirla. El problema es que nadie nos ha enseñado a construir nuestra reputación, una disciplina que exige un aprendizaje, te lo voy a mostrar con un ejemplo.
El otro día me encontré con una conocida que iba con su hija, me comentaron que la chica había terminado la carrera y había puesto una clínica. Le pregunté que cómo iba a construir su reputación, me respondió que ya había abierto y que estaba expectante por ver la aceptación que tendría, esperando con optimismo la llegada de los primeros clientes.
Avanzando en la conversación le dije: yo creo que vas muy mal, porque los clientes no van a ir solos a la clínica por muchos anuncios en redes sociales, cuñas de radio o carteles que pegues por la ciudad. Simplemente ¡porque aún no tienes reputación!
Paso 1. Consigue tu primer cliente.
La primera regla: si no tienes clientes, no tienes reputación. Tu reputación vive en lo que tus clientes (pacientes, compradores, votantes, lectores, fans…) dicen de ti.
Y ¿cómo puedo conseguirla? Me dijo.
Pues muy fácil: sal a la calle y busca tu primer cliente (se lo dije a sabiendas de que ahí aparece el primer problema porque a ella y a casi nadie nos han enseñado a relacionarnos y conseguir clientes).
Quien no tiene aún ningún cliente lo podríamos llamar “pobre”, aunque para salir de la pobreza, los seres humanos tenemos un don.
¿Y cuál es ese don? Me preguntó. Pues muy sencillo le dije: la capacidad para hacer promesas valiosas a otras personas. De hecho, si te fijas, el ser humano es el único animal que promete cosas a sus semejantes. La promesa nos permite crear un vínculo con la otra persona.
Por tanto, sin saber hacer una buena promesa no puedes conseguir clientes. Por eso te voy a mostrar la mecánica para hacer una promesa a través de una fórmula como esta: “….. yo prometo hacer esto…. para ti”. Dicha fórmula tendrás que adaptarla al contexto de lo que vas a ofrecer en tu clínica.
También la fórmula podría ser: “¿Si yo hago esto… para ti, tú harías esto otro… para mí?
Pero recuerda que lo más importante es que llegues a un acuerdo y crees el vínculo, aunque no ganes nada todavía, recuerda que por ahora eres pobre y estás invirtiendo en clientes. Luego te toca cumplir la promesa de manera impecable porque tu cliente es tu tesoro. Después ya podrás valorar si realizas una promesa condicionada: “prometo hacer esto… para ti y a cambio te pido esto…”.
Lo que te estoy entregando no son reglas fijas, son algunas pautas por las que te puedes orientar para conseguir pacientes para tu clínica, aunque también te podría servir para conseguir una pareja, votantes para una candidatura o fieles para una iglesia.
Como ves, prometer es un acto libre, nadie nos obliga a prometernos a otras personas (casarnos), contraer una hipoteca (prometer devolver el dinero al banco) o vender cosas. Pero sin promesas no hay progreso, si no haces buenas promesas, vas a ser pobre de por vida, no vas a tener clientes, y cuando a tus papás se les acabe el dinero las vas a pasar canutas.
Bien, lo tengo claro, busco al primer cliente y le hago una promesa ¿y luego qué? Pues luego busca a otro cliente, y a otro, y a otro, y a otro… Y sigue la misma pauta, no importa que la promesa salga mal o sea rechazada, hay muchos clientes. Aprenderás a mejorar tu promesa cometiendo errores muchas veces. No hay otra manera.
Paso 2. Aprender a escuchar “no” cuando haces una promesa condicionada (oferta).
Ahora, vamos a trabajar juntos la fortaleza de escuchar el “no”, cuando tu potencial cliente te diga: “no acepto”. Para adquirir una reputación debes aceptar con entereza cuando la otra persona te diga que no acepta. Esto forma parte del juego y del aprendizaje, has de encajarlo con deportividad.
Piensa la cantidad de veces que has perdido una oportunidad por el miedo a que la otra persona te diga “no”.
Si al realizar tu promesa, tu cliente te dice “no”, te está ofreciendo una oportunidad para que le preguntes: “en qué condiciones aceptarías mi propuesta”.
Hacer proposiciones (promesas condicionadas) tiene un riesgo emocional, por eso es mejor que te vacunes y aprendas a escuchar muchas veces “no”, para lo cual aquí te dejo algunas pautas que te ayudarán a adquirir fortaleza emocional:
Paso 3. Hacerte significativa y relevante para el mundo de tus clientes.
Si tu especialidad clínica son las cardiopatías, ofrece a tus pacientes información sobre los últimos avances, los últimos tratamientos, conecta con sus inquietudes y mantén un compromiso radical con ellos.
Se trata de crear un vínculo permanente y una conversación relevante con las preocupaciones de tus clientes a través de una web, un blog, presencia en redes sociales, medios de comunicación, charlas… manteniendo un relato permanente de compromiso con su vida y su futuro.
Y así continuamos con nuestra conversación:
…. La reputación no te la dan los títulos, al mundo le importa un bledo los conocimientos y títulos que tienes, lo que te van a preguntar tus clientes, socios o aliados es que les digas qué sabes hacer con los conocimientos que tienes y las cosas de valor que puedes hacer para ellos. Vivimos en un mundo con una sobredosis de conocimiento y un déficit enorme de reputación.
….Cuando no tienes reputación, tienes que salir a buscar a tus clientes, cuando la logras, los clientes vienen a buscarte a ti…
… La reputación se logra haciendo cosas valiosas para los demás. La fama que no crea valor no te da reputación, es efímera como una tormenta de verano…
… Únete a otras personas con reputación y la tuya se verá reforzada…
…. Otórgate una reputación y defiéndela, la riqueza está en camino…
… Construir una reputación es costoso, pero renunciar a ella es caer en el pozo de la mediocridad, se puede vivir sin ella pero la vida que te espera es mucho peor…
… Y además es necesario que sigas aprendiendo y mejorando, pero mientras cultivas tu reputación…
El talento es muy importante, pero te podría citar una lista interminable de pobres con talento por no cultivar su reputación, y de personas que a partir de la construcción de su reputación desarrollaron un gran talento.
El cultivo de la reputación debería ser la piedra angular de la educación y la base del trabajo de madres, educadores, mentoras, orientadores; un proceso que pasa por otorgar a las personas una reputación que sostener y un acompañamiento en su desarrollo.
Construir tu reputación o laDe tu organización es un trabajo esforzado, aunque también tienes un camino más rápido, y es que nosotros seamos tus mentores, pero por el momento no te lo aconsejo porque es muy caro y no tienes dinero para pagarlo aún. Tú trabaja duro y cuando hayas conseguido tus primeros clientes y ahorrado, te ayudaremos a alcanzar la excelencia desarrollando los 9 pasos restantes.
Adelante!!!
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