Invertir en el desarrollo de una nueva educación es muy rentable para un país, los beneficios y la rentabilidad de la apuesta son incuestionables. En los próximos años aparecerán numerosas industrias y empleos relacionados con la educación: creación de contenidos, desarrollos tecnológicos, desmanteladores e instaladores de sistemas educativos y universidades, expertos en el desarrollo de nuevas competencias… Todo un filón de oportunidades por explotar.

