Cuando decíamos renovarse o morir, podrías preguntarte, muy bien, yo quiero ¿pero cómo lo hago? Lo primero es que entiendas que una organización (institución, empresa, asociación, familia, religión, país, partido político…) no es otra cosa que una red de personas conversando.
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Renovarse o morir.
Nuestras organizaciones están heridas de muerte, estamos inmersos en un cataclismo de destrucción masiva de las organizaciones en las que nos hemos criado y educado (escuelas, universidades), donde hemos trabajado (empresas y administraciones), donde nos hemos sentido representados y partícipes de la cosa pública (partidos políticos). Parece como si un tsunami hubiera removido sus cimientos, asistimos atónitos a su desmoronamiento como si de castillos de naipes se tratara.
¿Cuál es tu plan?
Podríamos decir que hay dos tipos de personas: las que tienen un plan de vida y las que van a la deriva. Ya sabes que no hay viento favorable para quien no sabe dónde va. Tampoco podemos hacer que el viento sople en la dirección que queremos pero sí trazar nuestro rumbo y manejar las velas para dirigirnos donde queremos.
Los líderes crean nuevos espacios para que su gente se desarrolle. 6 pasos para hacerlo.
Liderar es inventar nuevos espacios para que las personas de tu organización crezcan, se desarrollen y sean más felices.
El nuevo rol del liderazgo en las organizaciones modernas se basa en una nueva visión y entendimiento del mundo basado en la abundancia, el crecimiento y la reproducción; frente al paradigma cesante de la escasez y la defensa a ultranza de la posición.
Liderar es cuidar personas. 6 pasos para hacerlo.
Decía JC Maxwell que si crees que eres un líder y no tienes seguidores es que sólo estás dando un paseo.
Si de verdad eliges el camino del liderazgo para conducir tu vida, comienza por cambiar el enfoque de ti mismo (yo, mi, me, conmigo…) y ponerlo en los demás (tú, él, nosotros, vosotros, ellos…). Tus seguidores no están esperando en una cola para que les muestres lo guay y lo chulo que eres, apuntarse a tu causa y declararte el jefe. Tienes que ganártelos a pulso.