En la naturaleza observamos que el poder, como norma general, recae en los individuos físicamente más fuertes. Sin embargo en la especie humana no funciona así, como afirma Harari, el papa no es el más fuerte entre los cristianos. Tampoco tiene por qué serlo el capo de la mafia entre los mafiosos o el presidente del partido entre el resto de miembros. Es posible además que todos ellos no sean ni los más inteligentes, ni los más cultos, ni los que más conocimientos tienen. Sin embargo, sí poseen unas habilidades superiores al resto que vamos a desgranar ahora con la intención que puedas adquirirlas y convertirte en una persona poderosa.
El arte de chismorrear como fuente de influencia y poder.
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