La mayor parte de las personas vivimos con la certeza de que nuestras organizaciones no cumplen los fines fundacionales para las que fueron creadas, los estados no funcionan, los gobiernos no funcionan, las instituciones no funcionan, las administraciones no funcionan, las organizaciones sociales y sindicales no funcionan, las organizaciones económicas y empresariales no funcionan, las organizaciones religiosas no funcionan, la institución familiar no funciona, nuestra vida social y en comunidad no funciona…
Pese a todo, tendemos a pensar que nuestro estilo de vida, trabajos, bienestar social y futuro de nuestras familias está garantizado aunque sea a trompicones. Y nada más lejos de la realidad, nuestro mundo está en crisis y todo lo que creíamos ganado se puede ir por la borda en un momento.
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