Podemos elegir mirar el mundo desde los ojos de las águilas o hacerlo a ras de suelo, es solo una elección de la que dependerá por completo nuestro impacto y resultados. Observar el mundo desde la altura no es patrimonio de los que nacieron en las cumbres, es una actitud que se puede convertir en una habilidad para lidiar con la compleja tarea de conducir nuestras vidas y las de nuestras organizaciones. Te lo cuento con una breve historia.
Ver el mundo desde la altura. El secreto de las águilas.
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