Que tenemos administraciones mejores que hace 40 años es una obviedad, eso está muy bien, pero lo importante en este momento es cómo evolucionamos nuestras instituciones para dar respuesta a los grandes desafíos del siglo XXI, pues las que tenemos son ineficientes y hacen aguas por todas partes.
El paradigma en el que se sustentan nuestros modelos de gobernanza está agotado. Nuestras instituciones (ayuntamientos, diputaciones) fueron diseñadas para dar respuesta a las necesidades del siglo XIX y XX, pero el mundo ha cambiado.
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