En el artículo anterior abordamos la necesidad de evolucionar del concepto de ciudad inteligente (SMART CITI) y aldea inteligente (SMART VILLAGE) al de territorio inteligente (SMART RURAL).
A continuación vamos a profundizar en los aspectos para avanzar en esta senda.
Bases para el diseño de una Estrategia Smart Rural.
Un ejercicio que se inicia por la construcción de la visión compartida con los actores del territorio, la estrategia y la hoja de ruta, desde un proceso de participación que queda reflejado en la Estrategia Smart Rural. Su realización se plantea desde un enfoque holístico capaz de desplegar las sinergias entre aldeas y ciudades, generando una realidad que conecta ambos espacios desde el concepto amplio de territorio.
Integrando de manera armónica el paisaje rural con el urbano.
Potenciando los recursos y el capital rural (capital social, capital natural, capital cultural, capital relacional, capital cliente…) desde la digitalización de sus actividades.
Impulsando la especialización inteligente de cada territorio rural para conferirle una visibilidad global y una ventaja competitiva.
Incorporando la innovación a todas sus actividades.
Optimizando el espacio y el urbanismo desde la reutilización y el reciclaje, garantizando la sostenibilidad y la calidad de vida, generando hábitats en los que se consuma poca energía y respete el entorno.
Minimizando las emisiones y maximizando el uso de las energías limpias.
Abordando el ciclo completo del agua y el reciclaje de los residuos.
Conjugando los criterios de rentabilidad económica y social, como norma general para abordar cualquier proyecto.
El concepto de ecosistema Smart Rural y sus componentes.
Una Estrategia Smart Territorial no debería abordarse de manera unilateral por parte de un actor o un número reducido de ellos, precisa de un trabajo de cooperación para configurar un ecosistema de colaboración donde han de estar presentes y representados los ciudadanos, las empresas, los emprendedores, los trabajadores, los clientes, los proveedores, las asociaciones y colectivos, las instituciones y organizaciones (ayuntamientos, grupo de desarrollo rural), entorno digital, etc.
Ha de contemplar el abanico de necesidades existentes y los servicios digitales a desplegar: servicios locales, comunicación, movilidad, gobernanza, trabajo digital, educación, salud, producción agroganadera, silvicultura, agroindustria, turismo…
Y en torno a esto, proyectar un conjunto de recursos y servicios básicos de plataforma, arquitectura para recolección, gestión y aplicación de datos, conectividad, infraestructuras (banda ancha, red inalámbrica, Iot, interoperatividad, sensores…).
Dentro de un ecosistema organizativo integrado con otros nodos locales, regionales, nacionales e internacionales: Smart Villages, Hubs digitales, Fab Labs…
Desde un modelo de negocio y una hoja de ruta compartida para la digitalización, donde el equilibrio entre rentabilidad económica y social esté garantizado.
En este nuevo ecosistema emerge una nueva materia prima y un nuevo capital basado en los datos. Ahora se trata de implicar a la población para generar nuevas actividades y negocios desde la adquisición de competencias digitales, información a las empresas, transferencia de conocimiento, etc.
Y todo ello desde un modelo de gobernanza multinivel y la existencia de un liderazgo que se concrete en un jefe de filas que actúe de responsable y coordinador del proceso, un papel que en el territorio rural están llamados a jugarlo los Grupos de Desarrollo Rural.
Fases y actividades para el diseño y desarrollo de una Estrategia Smart Rural.
A grandes rasgos, la Estrategia ha de abordar las siguientes actividades:
- Análisis y diagnóstico.
- Proceso de participación ciudadana.
- Estrategia.
- Financiación y articulación con otros fondos y estrategias en el territorio
- Desarrollo de los proyectos contemplados en la Estrategia.
A la hora de plantear el trabajo con la organización que lidera la Estrategia, se pueden incorporar otras acciones como: análisis comparado (benchmarking), paneles de expertos para proponer soluciones, análisis de casos de éxito, visitas ad hoc para conocer de primera mano otras experiencias, eventos tipo hackathon para prototipar soluciones tecnológicas a problemas detectados por la población, etc.
Complementariedad de la Estrategia Smart Rural con otras estrategias e iniciativas que se llevan a cabo en el territorio.
El primer ejercicio para el diseño de la Estrategia Smart Rural del territorio en cuestión, es su alineación con las diferentes políticas y programas europeos, nacionales, regionales, provinciales y locales, al objeto de poder recabar el máximo número de recursos y financiación.
Conjugar la Estrategia Smart Rural con la Estrategia de Desarrollo Local Participativo (EDLP), resulta crucial por las sinergias que se despliegan entre ambas, máxime aún cuando se pueden diseñar y abordar en paralelo de cara al periodo de programación 2021-2027, incluido el propio proceso de participación ciudadana.
Otras acciones que potencian el desarrollo del ecosistema territorial, pasan por incorporar la especialización inteligente y las acciones asociadas a otras Iniciativas Comunitarias, como la Nueva Bauhaus Europea, por la coincidencia con sus planteamientos y desafíos.
La movilización de las organizaciones del mundo rural para el desarrollo de sus propias Estrategias Smart Rural.
Según la Red Europea de Desarrollo Rural (REDER), los pueblos inteligentes son comunidades o áreas rurales que usan soluciones innovadoras para mejorar su resiliencia, aprovechando las fortalezas y oportunidades locales. Se basan en un enfoque participativo para desarrollar e implementar su estrategia en aras a mejorar sus condiciones económicas, sociales y / o ambientales, movilizando soluciones ofrecidas por las tecnologías digitales.
Siguiendo este enfoque, la Red Española de Desarrollo Rural (REDR), ya está abordando trabajos como Pueblos inteligentes dentro del ámbito temático Zonas rurales inteligentes y competitivas, desde donde se estudian ideas e iniciativas en torno a la revitalización de los servicios rurales a través de la innovación digital y social, analizando la forma en que pueden mejorarse y hacerse más sostenibles los servicios rurales, como la atención sanitaria, los servicios sociales, la educación,la energía, el transporte o la venta minorista, a través de la utilización de herramientas de las tecnologías de la información y la comunicación.
Los Grupos de Desarrollo Rural como protagonistas de las Estrategias Smart Rural.
Pero son los Grupos de Desarrollo Rural por su propio objeto fundacional (vocación territorial, enfoque ascendente, desarrollo integral, participación ciudadana, naturaleza multiagente…) los que están llamados a liderar este nuevo reto, integrándolo y conjugándolo con sus Estrategias de Desarrollo Local Participativo (EDLP).
Algunos Grupos de Desarrollo Rural como el de los Pedroches (Córdoba) participan activamente en estrategias Smart Rural (Smart Rural Land de Añora) o la Red Extremeña de Desarrollo Rural (REDEX) y los 24 Grupos de Acción Local de Extremadura, ya están abordando sus estrategias (Smart Rural Extremadura), en gobernanza compartida con otras entidades públicas y privadas, buscando un mayor impacto en el marco de programación 2021-2027. En el caso extremeño, desde un enfoque territorial, más allá de los objetivos de los proyectos Smart Rural 21 y Smart Village, más centrados en lo local.
En el abordaje de una Estrategia Smart Rural por un Grupo de Desarrollo Rural, la implementación de las tecnologías no garantiza el éxito de la iniciativa, reside más en la inteligencia de cómo el territorio y sus gentes son capaces de utilizar las tecnologías para mejorar su forma de vida y crear valor desde el desarrollo de un propósito en torno a un sentido y un criterio.
La importancia del enfoque participativo botton up.
Un enfoque participativo implica un papel activo de la comunidad local en la elaboración de la Estrategia y toma de decisiones en los proyectos a abordar y las soluciones a acometer. Esta metodología garantizará que las prioridades de las personas sean debidamente atendidas, es decir, para llevar a cabo unos proyectos reales, medibles y que cubran las necesidades de las zonas rurales.
Las estrategias inteligentes responden a los desafíos y necesidades del territorio, debiendose construir sobre las fortalezas y activos locales, siendo necesario fijar objetivos a corto, medio y largo plazo que determinen un camino claro a seguir. Además, el progreso y seguimiento de las estrategias debe ser medible a través de indicadores de desempeño que se establecerán en la hoja de ruta, siendo esta hoja de ruta un documento vivo, el cual se revisará en el tiempo para adaptarse a los desafíos y oportunidades que vayan surgiendo.
Naturaleza de los proyectos y ejemplos de proyectos tractores.
Las estrategias pueden incidir de manera orientativa en mejorar el acceso a los servicios (salud, capacitación, transporte), mejorar las oportunidades de negocios y crear empleos, desarrollar cadenas de suministro de productos de cercanía y prácticas agrícolas, implantar la producción y uso de energías renovables, promover la economía circular, preservar el medio ambiente y biodiversidad, poner en valor el patrimonio cultural para el desarrollo turístico, etc.
Cada territorio marca la agenda y prioridades de su propia en función de su capital, recursos, potencial de especialización, fortalezas, competencias de sus recursos humanos… aplicando la tecnología con el fin de integrar y proyectar el territorio rural en un entorno mundial competitivo para el desarrollo de nuevos negocios y oportunidades. Para lo cual es muy importante definir una serie de proyectos tractores que pueden ser compartidos desde una estrategia común con otros territorios para optimizar esfuerzos y resultados, por ejemplo:
- Desarrollo de infraestructuras para mejora de la accesibilidad y la movilidad.
- Promoción de la competitividad económica y creación de empleo en la agricultura, agroindustria, turismo, comercio, servicios, patrimonio.
- Modernización de los servicios públicos de las administraciones locales, mejora de la participación y la gobernanza.
- Desarrollo de las capacidades de los recursos humanos, formación y cualificación de los recursos humanos, fomento del emprendimiento, formación MOOC, mejora de la empleabilidad, competencias para el liderazgo, capacitación digital.
Cuáles son las soluciones tecnológicas a aplicar.
Las tecnologías digitales incluyen, por ejemplo, tecnologías de información y comunicación (servicios de teleasistencia, trabajo digital, educación online, geolocalización de personas en riesgo de exclusión, comunicación temprana de avisos, agricultura y ganadería 4.0, turismo inteligente, etc.), explotación de datos, uso de Internet de las cosas (IoT), realidad aumentada, blockchain, fabricación aditiva, gestión inteligente de los residuos sólidos urbanos, movilidad bajo demanda, gestión inteligente del agua, etc.
Las referidas tecnologías sirven de motor para el desarrollo de las Estrategias Smart Rural, potenciando el capital y los recursos de los territorios rurales, favoreciendo su atractivo y mejorando la calidad de vida de la población residente y el interés para los visitantes.
El concepto de la especialización inteligente en las Estrategias Smart Rural.
Las prioridades de la digitalización y aplicación de las tecnologías ha de responder a un plan, evitando apostar por todo a la vez, y empezando por las actividades donde el territorio presenta ventajas competitivas (donde es bueno y puede convertirse en excelente), situando ahí sus esfuerzos en torno a una serie de proyectos tractores, una acción decidida para aprovechar los puntos fuertes, ventajas competitivas y potencial de excelencia, con la mirada puesta en los mercados y la diferenciación en un mundo globalizado.
Si la digitalización comienza por aquellos sectores del territorio que cuentan con un know how y un tejido económico arraigado y conectado con los mercados, los resultados no se harán esperar, ejerciendo un ejemplo demostrativo para el conjunto de actividades del entorno.
Documentos de referencia.
Relación cronológica de documentos relacionados con el concepto de pueblos inteligentes y políticas de la UE relacionadas con los mismos.
- 2014 Programas de desarrollo rural (2014-2020).
- 2016 Declaración de Cork 2.0,
- Programa de cooperación ESPON 2020.
- 2017 «EU Action for Smart Villages»
- REDR: Grupo de trabajo temático / Portal sobre pueblos inteligentes,
- Proyecto piloto del Parlamento Europeo, Declaración de Venhorst,
- Comunicación «El futuro de los alimentos y de la agricultura».
- 2018 Declaración de Bled, Declaración de Añora, Propuestas legislativas sobre la PAC [COM(2018) 392].
- 2019 Informe final: Proyecto piloto: pueblos ecosociales inteligentes, Declaración de cooperación sobre un futuro digital inteligente y
- sostenible para la agricultura y las zonas rurales europeas, Presentación del proyecto SMART Rural 21 (Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural).
- 2020 Pacto Verde Europeo: Estrategia «De la Granja a la Mesa»,
- Estrategia sobre Biodiversidad, Hoja de ruta: Visión a largo plazo de las zonas rurales, Recomendaciones de la Comisión Europea a los Estados miembros para sus planes estratégicos de la PAC.
Es evidente que el tren para la modernización del mundo rural está en marcha, de la decisión que tomen en este momento sus actores, dependerá por completo su futuro, un futuro que pasa por el diseño y ejecución de una Estrategia Smart Rural de cada territorio rural, cuyo protagonismo ha de ser asumido por los Grupos de Desarrollo Rural por ser los actores más cualificados para liderarlo.
No hay tiempo que perder.
Adelante!!!
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