Cuando hablamos de falta de liderazgo en nuestro mundo, no sólo nos estamos refiriendo a políticos que piensen en las próximas generaciones o religiosos que construyan la paz. La falta de liderazgo está en la raíz de las prácticas culturales del conjunto de nuestra sociedad.
La lógica del liderazgo forma parte del manual del sentido común, el problema es que estamos en una profunda crisis en la que éste es el menos común de los sentidos.
Nuestras prácticas conversacionales delatan la falta de carácter y liderazgo en la que vivimos bajo un conjunto de tics reconocibles cuando hablamos.
La influencia del cinismo pesa sobre nosotros como una losa pese a su distancia en el tiempo (siglo IV a.d.c). La tradición fundada por Antístenes y Diógenes se mantiene viva hasta nuestros días. Bertrand Russell señalaba ya a principios del siglo XX como el cinismo había calado en masa en el conjunto de la sociedad.
El cinismo moderno que es moneda común en todos nosotros limita el desarrollo de nuestro potencial de liderazgo. Bajo este influjo, negamos la bondad de la acción humana, instalándonos en la ironía y el sarcasmo que conduce al nihilismo. Todo esto se retrata y sustancia en la pérdida de valor de la palabra y de los compromisos que surgen al hablar.
Pensar en modo cínico es casi universal, es como un software malicioso que se nos ha incrustado en el cerebro y hace las funciones de un piloto automático que piensa por nosotros. El cinismo se hace transparente cuando hablamos, en las cosas que decimos, impidiendo la confianza, el nacimiento de compromisos, la toma de acción, el aprendizaje, el crecimiento y la transformación.
Observa si estás actuando y hablando en modo cínico y corrígelo:
Cagada 1. No cuidar de la palabra dada, prometer y no cumplir. Sí haces esto, automáticamente pierdes cualquier influencia positiva sobre la otra persona. El modo cínico es muy hablador, observa que este proceso genera muchos compromisos.
Cagada 2. Pedir perdón o poner excusas. Con ello no restauras la confianza, si lo haces sin más es otra cagada. Sólo vale si va acompañado de un compromiso de acción del tipo: con mi incumplimiento te he causado un perjuicio y quiero que me digas cómo te puedo resarcir….
Cagada 3. No sustanciar lo que es una declaración de intenciones o un compromiso. A menudo lo que declaras como una intención la otra persona lo entiende como un compromiso (uno dice lo que dice y el otro escucha lo que escucha). Cuando cierres una conversación susceptible de esta doble interpretación, termínala con una declaración de este tipo: bien, quede claro que lo que he manifestado es un compromiso (o en su caso una intención, posibilidad, oportunidad) en torno a ….
Cagada 4. Quejarse. Hablar de lo mal que está el mundo, poner el foco en la parte mala de la vida, es la conversación preferida de los perdedores. No lo hagas, te debilitará. Si tu piloto automático ya ha hecho la cagada, sal del atolladero: es verdad que está mal, pero podemos y vamos a cambiarlo ….
Cagada 5. Hablar por hablar. Ya sabes que sólo te puede conducir a adquirir compromisos que no deseas y a generar falsas expectativas. Si sientes que ya te deslizaste, retoma el control y da un giro a la conversación: bien, y ya podemos centrarnos en lo importante …..
Cagada 6. No adquirir responsabilidades. Muchas personas cuando descubren que al abrir la boca contraen compromisos deciden no abrirla. Nadie te seguirá si no adquieres compromisos. Formula los compromisos que son importantes para ti y modúlalos de manera consciente.
Cagada 7. La culpa la tienen otros. Yo hago las cosas bien, los demás no y la vida me maltrata. Estás lanzando el mensaje de que no tienes control sobre las cosas, que eres una marioneta y vas a la deriva. Cámbialo por: soy el máximo responsable de lo ocurrido y estoy decidido a producir un cambio….
Cagada 8. Yo, yo,yo. El logro lo conseguí yo y los errores los cometieron otros. Cuando declaras esto el mundo te da la espalda, te conviertes en un don nadie. Cámbialo por: el mérito es vuestro …. Todos los días cometo errores ….
Cagada 9. No me dan cancha. No me dejan «rascar bola». Si lo declaras te hundirás en la miseria, el poder no se entrega, se conquista, la autoridad no se otorga, se gana a pulso. Cámbialo por: tomemos el control, cambiemos las cosas….
Cagada 10. Deslealtad al ausente. Hablar mal del otro cuando no está, buscando el buen rollito para esconder mi incompetencia con tu complicidad. Automáticamente me convierto en un miserable para el otro y para ti al considerarte de la misma bajeza moral. Lo primero que pensarás es que cuando me de la vuelta haré lo mismo contigo, en consecuencia procurarás evitarme. Cámbialo por: prohibido hablar mal de una persona en su ausencia.
Cagada 11. Derrotar al otro y destruir su dignidad. Si tienes que mostrar tu reproche o desacuerdo no hagas un ataque a la persona sino a lo que ha hecho. Permite que la persona salve su dignidad y pueda aprender y crecer contigo. Cámbialo por: no me gusta lo que has hecho …. y no dudo que eres una persona íntegra.
Cagada 12. Reproches en público, halagos en privado. Hazlo justo al revés.
Cagada 13. Procrastinación, posponer las tareas, aplazar la toma de decisiones. Hoy no, mañana. Acabarás desesperando a los que creen en ti, te quedarás solo. Cámbialo por: Hagámoslo ahora…
Cagada 14. No hablar de lo importante. No tocar las conversaciones que deberíamos tener y no iniciamos porque generan conflicto o sufrimiento. Al final la bola se va haciendo más grande y la capacidad de control sobre el problema se pierde. Cámbialo por: sé que esto es difícil de abordar pero te pido que lo hablemos…
Cagada 15. Contentar a todos para salir del paso. Al final creas un conflicto con todos. Cámbialo por: sinceramente es lo que puedo hacer….
Cagada 16. Hablar mucho, monopolizar el tiempo del discurso. Las ansias por ganar influencia terminan produciendo el efecto contrario. Los mejores discursos son los más cortos (lo primero que recuerdas de un mal discurso es su duración). Comprime tu mensaje para que se pueda fijar con facilidad en la mente de los demás: lo voy a decir en dos frases: ….
Lo que digo forma la imagen y la marca que los demás tienen de mi, configura mi identidad personal, si tengo tan claro que no defecaría en la vía pública o me limpiaría las fosas nasales en una entrevista porque todo ello afectaría a mi imagen ¿por qué no comienzo a cuidar lo que sale por mi boca?
Pruébalo y comprobarás como crece tu identidad.
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Muy interesante aporte…. Sin duda será de mucha ayuda si reflexionamos al respecto y empezamos a mejorar . Gracias! Saludos…