Cuando creíamos tener todas las respuestas nos cambiaron las preguntas.
Hasta ahora, cuando las personas perdíamos el norte en algún momento de nuestra vida y nos preguntábamos ¿qué debo hacer?, automáticamente teníamos una serie de respuestas válidas y aceptadas desde un consenso general: estudiar, esforzarse, aprender un oficio, ser un trabajador obediente… Si las recetas se aplicaban correctamente,podíamos aspirar a un trabajo seguro y una vida digna, contribuyendo a su vez al desarrollo del conjunto de la sociedad. El problema ha llegado cuando esto ha dejado de funcionar, obligándonos a cambiar las preguntas y buscar nuevas respuestas.
Sigue leyendo