RESUMEN DEL ARTÍCULO
Sigue leyendoEstamos ante una revolución alimentaria sin precedentes que transformará no solo la forma en que producimos proteínas, sino también el futuro del mundo rural. Desde las sociedades cazadoras-recolectoras hasta la agricultura y la ganadería, cada revolución ha sido un salto en nuestra capacidad para alimentar a la creciente población mundial. Hoy, con una proyección de 10.000 millones de personas para 2050, enfrentamos un nuevo reto que cuenta con las tecnologías disruptivas de la Cuarta Revolución Industrial (biotecnología, blockchain, fabricación aditiva).
La carne cultivada, o carne sintética, es la siguiente fase. Con inversiones multimillonarias de gigantes como Bill Gates y compañías como Cargill, esta tecnología avanza rápidamente, prometiendo reducir los costos ambientales y resolver los problemas asociados con la ganadería industrial. La producción ganadera actual no podrá sostener la demanda futura, pero la carne cultivada, con su eficiencia hídrica y energética, ofrece una solución viable. Sin embargo, su desarrollo no está exento de desafíos, especialmente en términos de energía y aceptación cultural.
El mundo rural, históricamente ligado a la ganadería, deberá adaptarse a esta nueva realidad. Los espacios naturales, que dependen del pastoreo para su mantenimiento ecológico, podrían verse amenazados si la ganadería extensiva disminuye. Sin embargo, el campo puede y debe ser el centro de esta transformación. Las industrias biotecnológicas podrían asentarse en áreas rurales, diversificando sus economías y revitalizando territorios. Si el campo se reinventa, puede liderar esta revolución, no solo como proveedor de alimentos, sino como el espacio donde se forje el futuro alimentario global.
Adelante!!!