NUESTRO ANÁLISIS
Hitler, ambicioso y visionario, dominador del momento oportuno, con una idea clara para Alemania, un tipo disciplinado y decidido.
Con una capacidad de seducción e influencia fuera de lo común, con un magnetismo para atraer casi de manera hipnótica a millones de personas y construir una masa social de seguidores como pocos en la historia.
Con unos valores que defendió e hizo públicos sin tapujos (superioridad de la raza, espacio vital, dominación y conquista), y con una entrega a su causa sin vacilación ni desaliento.
Unido a una determinación y una emocionalidad explosiva, capaz de hacerse cargo del estado de ánimo de una nación sumida en una depresión colectiva.
Ganador de una autoridad descomunal puesta al servicio de la conducción de un proyecto de tintes titánicos y apocalípticos.
Capaz de crear equipo, disciplina y movilización colectiva.
Nos sitúan ante un tipo con un dominio descomunal de muchas de las principales destrezas del liderazgo.
Fue un oportunista, se aprovechó del momento y la desesperación, se valió de malas artes, utilizó la demagogia, fines espúreos …. Sí, de acuerdo.
Hasta aquí, la imparcialidad del Liderógrafo no tiene más remedio que otorgarle la máxima nota ¿alguien duda que fue sobresaliente en esto?
Pero la calificación definitiva del liderazgo tiene que pasar la difícil y definitiva prueba de los principios y el legado. Porque nadie puede dudar de los sólidos valores del nazismo, pero otra cosa son los principios, que son lo valores compartidos que están presentes en las diferentes culturas a lo largo de la historia (respeto a la vida, filantropía, libertad, paz…); muy distintos a sus valores (odio, violencia, racismo). Su calificación aquí es muy deficiente.
Y el legado todos lo conocéis: guerra, dolor, sufrimiento, destrucción, 40 millones de muertos… Terrorífico.
Nadie puede negar que Hitler fue un líder fuerte que alcanzó con nota los Arcanos menores de este arte, pero el desprecio de los mayores le convirtieron en el mayor Monstruo de la historia. La peor de las categorías y la mayor de las vilezas del ser humano: convertirse en un líder destructivo.
Con el liderazgo se pueden edificar las más grandes obras y levantar las más nobles causas, y también cometer las más deleznables atrocidades.
Los principios (el punto de partida) y el legado (final del viaje) son los anclajes del liderazgo constructivo, al que todos debemos aspirar y ejercer en alguna faceta de nuestras breves vidas.
excelente muro o pagina seguire al pendiente de los comentarios y articulos…
arq joel rodriguez marco
mexcio 2017
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El mundo es el resultado del pasado, individual y colectivamente. ¿Como sería si, por ejemplo, las madres de Hitler y Stalin hubiesen abortado? ¿O si hubiesen valorado a Hitler como pintor?
No tendríamos las tecnologías que desarrollamos durante la guerra como avances en la comunicación