Si no conoces a Flores deberías hacerlo, sobre todo si tu vocación es crecer como persona y desarrollarte como emprendedor o líder. Podría pasar con nota los rigores del Liderógrafo en facetas como la política (ministro de economía, ministro de Hacienda, secretario general de gobierno de Chile con Allende, senador electo…); o la empresa. Pero es en la filosofía, el pensamiento y el coaching en los campos donde este hombre está realizando una labor impagable al mundo.
Los grandes líderes cambian los paradigmas, y con ello los esquemas mentales, la forma de vernos, relacionarnos y entender el mundo; y es ahí es donde abren nuevos caminos por donde termina transitando la historia. Flores se sitúa en esta órbita, la de los líderes transformacionales.
La visión de este hombre es asombrosa, no por el el hecho de adivinar el futuro (cosa que no está al alcance de los mortales), sino por la capacidad de anticipar sus rasgos definitorios.
Pocos son los que a partir de su pensamiento y creatividad han sabido desarrollar un modelo para la transformación del individuo y la organización, llevarlo a la práctica, hacerlo funcionar y crear valor expansivo. Magnífico.
A través de una nueva visión del lenguaje, Flores eleva la comunicación humana a una nueva categoría, a través de un nuevo dominio de los actos del habla que convierte el fenómeno de escuchar, declarar, pedir, prometer, afirmar… en una destreza transformadora.
El magnetismo, el carisma entendido como la capacidad de conexión con otras personas, y la creación de espacios emocionales de alta energía son una especialidad de este hombre.
Maestro en congregar a comunidades de personas y equiparlas con las herramientas para producir cambios, le dotan de una capacidad de movilización e influencia sin parangón.
Los líderes producen, los grandes líderes producen y cambian los esquemas de pensamiento, hacen mejores y más productivas a las organizaciones, y Flores es de esos (doy fe de ello).
Siempre habrá quien ponga «peros», juicios negativos y descalificaciones: que si es un tipo arrogante, que si fue desleal con los suyos, que si estuvo poco tiempo en la cárcel, que si traicionó los ideales de la izquierda….
Todo liderazgo tendrá siempre detractores y resentidos, pero los principios que marcan su trayectoria vital son sólidos en favor de la democracia, la libertad y la solidaridad.
Los líderes crean seguidores, los grandes líderes además reproducen líderes y Flores es uno de ellos. Él como nadie trabaja con la visión de crear equipos y ponerlos a germinar en un modelo de aprendizaje y reproducción explosiva.
Definitivamente, con Flores hay un cambio en los conceptos y la praxis de la organización humana. Él es un líder reproductor, lo dice el Liderógrafo.
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No conocía este sitio, es un remanzo de ideas y propuesta valiosísimo. Gracias por la generosidad de compartir este valioso y amigable contenido.
Daniel Ochoa García
Monterrey, México.