NUESTRO ANÁLISIS
Un rey no deja de ser la pervivencia de una institución antigua con un entramado organizacional y mediático para enaltecer y sacar brillo a su poder y autoridad (en su caso). A los reyes se le ponen todos los medios, artificios y señuelos a su alcance para ser un líder 10, por tanto no se le puede aplicar la misma vara de medir que a un súbdito; ganaría siempre de goleada. El test lo ha tenido que pasar aguantando la comparación con otros semejantes (monarcas, presidentes, padres santos…).

Juega a su favor la visión, compromiso y valentía que puso en juego para modernizar su país y llevarlo a la democracia. Juega en su contra que la institución a la que representa es una calle que desemboca en una vía muerta de la historia; también que sus buenas dotes de comunicación, conectividad, emocionalidad, siempre han estado relegadas y supeditadas a la liturgia y el rictus serio que le ha impuesto la teatralización del cargo.

Los buenos líderes reproducen líderes y abonan el terreno para que florezca el legado que dejan a las futuras generaciones. La verdad que los reyes tienen a huevo lo de la sucesión por eso que un rey deje un heredero no es motivo suficiente para alcanzar una gran nota (ahí los padres de Leticia serían supercampeones), es más determinante dejar un gran país, y eso tiene que juzgarlo la historia.

Lástima que Su Majestad no hubiera nacido un siglo antes, con sus obras el resultado del test hubiera sido sobresaliente pero los tiempos cambian y las reglas de medir también.

Suerte y larga vida!!!

😉

Tú mismo puedes analizar tu nivel de liderazgo a través de las herramientas que te pasamos a continuación. Y si nos cuentas los resutados que has obtenido, mejor que mejor!!

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