No me digas que me ponga a crear una empresa, que me abruma, y eso que ya hemos creado unas cuantas (alguna de ellas con más de 10 años de antigüedad), y también nos ha dado tiempo a quebrar alguna, de lo que he aprendido mucho por cierto.
Mi consejo es que si quieres crear algo y venderlo, de momento no te plantees crear una empresa, y menos si no tienes completamente claro lo que quieres vender. Y sobre todo, no te fíes de los que te aconsejan y son funcionarios o no han creado ninguna, será tan ridículo como un cura hablando de relaciones matrimoniales.
Olvídate de planes de empresa, estudios de mercado, estudios económicos financieros… A la mierda con todo esto!!! Piensa diferente.
Cuando las administraciones, las universidades, las escuelas de negocios convocan a las personas a crear su empresa yo me parto de la risa. Me pongo en la piel de los jóvenes, desempleados y personas acuciadas por ganarse la vida cuando se les pone manos a la obra a hacer su empresa: el plan de empresa, el estudio financiero, las inversiones, las ayudas, las formas jurídicas … Me genera depresión, y como crear una empresa no puede ser una tortura china, sino algo para disfrutar. No lo hago.
De hecho, quien crea su empresa siguiendo esa lógica me parece que está realizando un acto heroico, esas personas merecen un reconocimiento y un aplauso colectivo sin parangón. Pero la realidad es que en la vida corriente los héroes son minoría, y claro está, debemos generar itinerarios que faciliten a las personas un desarrollo por cuenta propia que sea transitable y no traumático.
Los referentes también echan para atrás, cuando asistes a una charla de un emprendedor de éxito y te cuenta los días que durmió debajo del puente, las veces que se arruinó, lo mal que se lo hizo pasar a su familia… la mayoría de los ciudadanos piensan, yo no quiero pasar por eso, y no les falta razón.
En primer lugar si quieres ganarte la vida vendiendo algo, identifica soluciones aunque sean pequeñas para problemas globales: alimentación, salud, medio ambiente… ¿Crees que podrías aportar algo a estos problemas y con ese aporte ayudar a muchas personas mientras te ganas la vida con ello? Si no es así, comienza a pensarlo.
Con la idea no vale, recuerda que una buena idea en sí misma es un candidato a cadáver.
No pienses en invertir, sobre todo si no tienes dinero coño!!!
No busques dinero, busca personas. Las personas son más importantes que el dinero.
Tú solo no podrás hacerlo.
Tu mundo está en el mundo, busca a personas en todo el mundo y relaciónate con ellas.
El entendimiento tradicional de la empresa invocaba al trabajo para reunir: capital, trabajadores, materia prima, fábricas, oficinas… Y parece que seguimos en la inercia de esa tontería. Si estoy jodido porque no tengo trabajo o porque tengo que inventármelo, más jodido me quedo cuando me dicen que tengo que conseguir todas estas cosas tan difíciles y riesgosas. Al común de los mortales esto les parece de ciencia ficción.
Hazme caso, abandona todo este pensamiento antiguo y empieza a pensar la empresa de manera completamente diferente.
En el futuro la empresa se comenzará a diseñar identificando y reuniendo a personas que tienen una pasión compartida, el nuevo perfil de empresario del futuro, será el de experto en unir personas y guiarlas en la búsqueda de una dirección para conseguir una meta.
- Estará atento a las tendencias, a las rupturas, a las crisis.
- Dedicará mucho tiempo a crear relaciones tanto presenciales como en las redes sociales.
- Tendrá identificadas a muchas personas en función de sus gustos y pasiones.
- Será creíble y ético en sus comportamientos.
- Tendrá capacidad de convocatoria.
- Estará enfocado en la acción y los resultados.
La empresa será más un espacio virtual que reúne a un equipo de personas para llevar a cabo una iniciativa tendente a satisfacer una necesidad, que el entramado de factores con los que identificamos a una empresa en la actualidad.
Las fórmulas de la relación serán múltiples, por ejemplo:
- Creación de comunidades de personas identificadas y dispuestas a trabajar para producir valor, poniendo en común su conocimiento y su voluntad de acción.
- Comunidades de personas que se prestan servicios entre sí en un doble rol de proveedoras/clientes, o incluso en un juego de múltiples roles compartidos en el seno de la misma comunidad: clientes/proveedoras/
financiadoras/prescriptoras.
En el seno de estas comunidades se identificarán líneas de trabajo compartidas.
La tarea del empresario estará más vinculada con el de un coordinador de conversaciones que trabaja en esta línea: he descubierto una oportunidad, reúno a las personas que saben de esto, reúno a las personas que les apasiona esto, hago una declaración fundacional para trabajar juntas, ofrezco lo que van a ganar cada una de ellas, pido lo que tienen que hacer, aporto una visión y una misión, creo el espacio emocional para la acción, enfoco la acción a los resultados, diseñamos el plan y evaluamos…
La naturaleza del trabajo se centrará en tareas como: elaboramos un prototipo, se lo mostramos a los clientes a los que se lo queremos vender, implicamos a esos clientes en el diseño del mismo, mejoramos el prototipo, se lo volvemos a mostrar a los clientes y les preguntamos si lo comprarían y a qué precio, volvemos a mejorar el prototipo, repetimos la tarea hasta que el prototipo sea casi el fiel reflejo del producto o servicio final, y seguimos haciendo este ejercicio hasta el infinito…
Cuando el cliente diga qué chulo, cómo y dónde puedo comprarlo. Entonces comenzaremos a pensar en otras cosas: aspectos legales para venderlo, plan de producción, plan de ventas… de las tareas más desagradables podremos escaquearnos y encargarlas a gestores y funcionarios que aquí sí pueden ayudarnos con solvencia.
Nuestro valioso esfuerzo lo emplearemos en la parte más importante y haremos la casa por los cimientos.
En el futuro buena parte de las personas pertenecerán a estas redes, trabajarán y vivirán en ellas, pensarán el mundo, la empresa, el trabajo, la producción… desde una mirada disruptiva, se referirán a nuestro actual modelo de relaciones y regulaciones con la misma distancia que nosotros como trabajadores de la era industrial tenemos de las relaciones feudales. Serán coordinadores de redes de personas trabajando juntas.
El fundamento general de la empresa seguirá siendo el que ya inventaron los fenicios hace uno milenios: vender cosas que les sirvan a la gente y ganar con ello, pero lo haremos de manera diferente, asumiendo que cada individuo es un creador de oferta, y de eso tiene que vivir sin necesidad de heroicidades.
Piensa en lo que más te gusta en el mundo y a continuación en las personas que te gustaría que estuvieran haciendo eso contigo y/o las que te podrían ayudar a hacerlo.
Identifica a esas personas.
Habla con ellas y pídelas que formen equipo contigo.
Elabora un plan y asigna a cada ellas un rol.
Declara a cada una de ellas qué va a ganar trabajando en el proyecto.
Esto te llevará un tiempo de propuestas y ajustes hasta que tengas formado y cohesionado al equipo.
No te veas como un empresario, mírate como un coordinador de personas.
Y sobre todo no te agobies, no actúes por necesidad, piensa que este es un planteamiento estratégico que debe formar parte de tu ser, desde la escuela, pasando por la universidad, y así toda la vida. Esta lógica formará parte de tu existencia, igual que lo era la búsqueda de empleo para vivir del hombre de la era industrial.
Empieza desde abajo, desde lo más básico, estarás en el buen camino cuando consigas que te paguen tus primeros 100 euros por aquello que más te gusta en el mundo, por lo que tú mismo estarías dispuesto a pagar.
Todo esto hará replantearnos el mundo de la empresa, el trabajo, las relaciones laborales y legales, el empleo, el salario… Habrá un cambio obligado de las legislaciones y la normativa para adaptar estos conceptos a las condiciones de una época completamente nueva.
Estamos en la era postindustrial, regidos por estereotipos, normas y estándares del pasado, cuestión que genera una serie de disfuncionalidades y contradicciones. El modelo quebrará en torno a sus principales fundamentos, nuevas formas de trabajar se abrirán camino y la sociedad avanzará a pasos agigantados hacia una nueva realidad. Si no somos capaces de ver esto sufriremos mucho.