Papá de mayor quiero ser rebelde.

Una escuela de rebeldes. ¿Por qué no? Yo me declaro en rebeldía. ¿Y tú?

Si me preguntasen  qué cosas importantes hemos perdido en los últimos años, respondería que además de altas dosis de sentido común, una carga enorme de rebeldía.

La rebeldía es un bien preciado que agita y moviliza al ser humano, definitivamente  debemos  recuperarla y ejercitarla. No les extrañe que dentro de unos años sea una parte valiosa del curriculum personal y en la entrevista de trabajo te pregunten: bueno y usted cómo anda de rebeldía. Está claro que en las organizaciones del futuro tendrán más  cabida los inquietos rebeldes que los metódicos obedientes.

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Pese a lo peyorativo del término por el influjo de los vigilantes del establishment, es mucho lo que debemos a los rebeldes, y no solo por los grandes logros que nos han traído.  El virus de la rebeldía está en el día a día de las personas que emprenden y lideran sus vidas, en las empresas y en las organizaciones que son referentes, en las que no se resignan, en las que retan a hacer las cosas de manera diferente y acaban marcando el camino a seguir.

Mi padre me decía que había rebeldes con causa y sin causa, siempre me invitó con su ejemplo y valentía a estar en el bando de los primeros,  y con acierto desigual intento seguir su ejemplo.

La actual deriva social nos ha privado de enemigos comunes reconocibles, como en otras generaciones fueron  la opresión o la dictadura. Esto  ha generado una inercia  cultural  de apatía, adormecimiento  y pusilanimidad colectiva, reduciendo el trascendental papel de la rebeldía a las formas de tertulia radiofónica, y al cinismo subyacente que transmiten los medios de comunicacion. Bajo esa apostilla asimilamos la rebeldía como una actitud criticona hacia todo, ajena a cualquier compromiso personal, como algo que se puede ejercer sin mojarse. Ante este panorama, con toda propiedad podemos decir que el rebelde de verdad es una especie en vías de extinción.

Para cultivar el liderazgo hay que inocular el espíritu de rebeldía auténtico que pasa por cuestionarse si todas las cosas que nos hemos dado o nos han dado como ciertas lo son.

Cuando me sitúo en una actitud crítico-constructiva  del mundo y a partir de las grandes preguntas sumo estas nuevas:¿Será verdad todo lo que doy por cierto? ¿Se podrá mover aquello que me han dicho que es inamovible? Y en base a la existencia de principios irrenunciables que me rigen surge una decisión firme de acción. Aparece una mezcla de insatisfacción, compromiso, emoción, impulso y movilización  que comienza a amenazar cierto statu quo.

Todos reconocemos que cosas tan importantes como la
libertad, la ciencia moderna, la democracia, las conquistas de la sociedad del bienestar, la justicia social, las transformaciones artísticas y culturales… Las grandes rupturas que nos han traído un mundo mejor y un cambio de paradigma, son  inventos de rebeldes que en su origen encontraron una gran oposición.  Sin embargo, pocos somos los que nos declaramos rebeldes.

Colega, no caben medias tintas, si quieres desarrollarte como líder, necesitas abrazar una causa, y las causas plantean conflictos con el orden de cosas establecidas. Y para eso necesitas declararte en rebeldía y adoptarla como una actitud vital positiva que tienes que cultivar.

Los rebeldes de verdad son capaces de imaginar el mundo de otra manera, de emocionarse con esa visión y poner su vida al servicio de un  propósito mayor. El camino estará sembrado de detractores, y no porque el hombre sea lobo para el hombre,  más bien porque somos seres refractarios al cambio. A pesar de todo, fruto del tesón,  el rebelde acaba encontrando seguidores por el camino, y entonces la nube se convierte en tormenta.

La rebeldía es un rasgo indisociable del liderazgo, conlleva enfrentar situaciones encontradas, conflictos aveces enquistados, injusticias sustentadas por el poder establecido, disgustos y dudas, e incluso el ostracismo y la travesía del desierto.

Antes de iniciar tu andadura como líder, mide tu capacidad de rebeldía, el tanque debe estar rebosante. Piensa que liderar no es dar un paseo en bicicleta ni convertirse en un jefecito, es una decisión que pondrá a prueba tu coraje y tu valentía para abrazar una causa por la que decides dar lo mejor de ti mismo.

Vivan los rebeldes!!!

4 comentarios en “Papá de mayor quiero ser rebelde.

  1. Juan Carlos Casco

    Magnífico fármaco sería amigo, animemos a los neurocientíficos a que busquen el principio activo que haga funcionar la parte del cerebro donde reside la rebeldía.

    Responder
  2. Pingback: 20 Retos para cambiar nuestros esquemas de pensamiento y ser protagonistas en el mundo del 2050. | El blog de Juan Carlos Casco

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