Vamos a colapsar. ¡Seguro!

Y tú lo vas a ver muy pronto. La falta de liderazgo político, el sentimiento generalizado de corrupción y la ceguera que nos impide ver que estamos en un nuevo tiempo histórico, nos están paralizando. Nos deslizamos peligrosamente a una crisis de confianza sin precedentes que amenaza con estancar la vida social y económica.

colapsar

Se están alineando tres fuerzas poderosas que se retroalimentan para desencadenar una tormenta perfecta: cambio civilizatorio, crisis de dirección y liderazgo, y crisis de confianza. Juntas están produciendo un sentimiento colectivo (no hay respuestas, no hay visión, no hay confianza); que se manifiesta en los temas de las conversaciones sociales (corrupción, desconfianza, falta de compromiso…).

Corrupción y desconfianza.

La corrupción es letal porque multiplica la desconfianza y genera un estado de ánimo negativo que invade a toda la sociedad sin excepciones, frenando todo tipo de transacciones (materiales e inmateriales).

El sentimiento de corrupción alimenta las sospechas (fundadas e infundadas), paraliza la administración de lo particular y lo colectivo, y legitima la sospecha hacia cualquier acto público o privado.

Cuando la desconfianza se instala, todo se pone en cuarentena, todo el mundo es sospechoso mientras no se demuestre lo contrario, todo acto precisa un escrutinio previo, toda buena intención es candidata a esconder un engaño …. No hay posiciones neutrales, acusador o reo … Los juicios negativos lo contaminan todo, cualquiera puede arrogarse sin rubor la labor de inquisidor y justiciero, todos vigilamos a la vez que somos espiados. Los ambientes se convierten en tóxicos y la inacción se fortalece presionada por el miedo.

La vida decae, la creatividad y la innovación se contraen, el emprendimiento se frena y el liderazgo se marchita. Los supervisores y controladores (funcionarios) toman el mando, su poder aumenta, la legislación se endurece, la arbitrariedad se dispara: jueces, fiscales, abogados, procuradores, policías, curas, burócratas, funcionarios de todo pelaje… Pasan a hacerse presentes en todos los actos de la vida, vigilando, denunciando y sancionando. Hasta rozar la peor forma de corrupción que es cuando se trasvasa el poder democrático a los funcionarios y la sociedad lo acepta. Tremenda paradoja, los principales actores históricos de donde nace la corrupción, terminan siendo los encargados de perseguirla, con la connivencia de una sociedad a la deriva y un liderazgo político decaído en sus funciones. ¿No les parece una jugada premeditada?

Prefiero sufrir la arbitrariedad y laxitud de un gobernante elegido democráticamente antes que la de un funcionario.

Un liderazgo que no es capaz de discernir entre errores y crímenes.

Hay una mano negra en todo esto que está interesada en meter en el mismo saco los errores y los crímenes. Crimen es robar, pervertir, depravar, prostituir… Eso es corrupción. Equivocarse es una consecuencia del actuar, sabiendo que no podemos avanzar como sociedad si no asumimos el riesgo de tomar decisiones y cometer errores. Si quieres construir un futuro superador del presente, tienes que admitir como norma la comisión de errores.

Las fuerzas conservadoras tienen un especial interés en mezclar crímenes y errores, poniendo la misma etiqueta a quienes los cometen, de esta forma se disuade fácilmente a los que persiguen el progreso, ejerciendo una forma de control efectiva y sinérgica del miedo sobre el conjunto de la sociedad. La medicina letal para que nada se mueva y todo siga igual como garantía del mantenimiento del statu quo.

En esta situación los supervisores y controladores (funcionarios) toman el mando y paralizan la vida económica y social, amparados en la falta de liderazgo de los gobernantes.

La única forma de desatascar esta cloaca es un nuevo liderazgo que retome el mando y reivindique el derecho a equivocarse desde una actitud ética, en aras a no bloquear el progreso, y haga una separación radical entre errores y crímenes desde un nuevo alegato moral.

La corrupción envenena el cuerpo y el alma de la gente. El único antídoto para contrarrestarla es el liderazgo.

Unos líderes incapaces de ver el cambio civilizatorio.

Asistimos a la emergencia de un tiempo definido por unos rasgos completamente nuevos que están transformando la economía, el empleo y nuestras formas de vida. Nuestros líderes y responsables organizacionales son incapaces de ver el nuevo panorama y se aferran a revivir un pasado que nunca va a volver.

¿Hacia dónde se mueve el futuro? ¿Qué escenario vamos a inventar?

Necesitamos líderes con una nueva interpretación del futuro, que se formulen las preguntas anteriores y elaboren respuestas para recrear nuevos escenarios.

Donde no hay visión la gente perece.

Unos líderes sin liderazgo.

La crisis de dirección y liderazgo. La principal función del liderazgo es inventar un futuro para conducir a la comunidad. Si nuestros líderes actuales ni siquiera tienen una interpretación coherente del tiempo histórico en el que estamos viviendo, cómo les vamos a pedir que construyan un futuro al que dirigirnos.

Si preguntas a un líder de tu país: ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué país tienes en tu cabeza para dentro de 10 años? Te darás cuenta de su falta de dirección. Es posible que te espete: «mi proyecto es mejorar la sanidad, el empleo, la educación…» Si es de izquierdas te dirá: » yo en sanidad 2 más que la derecha, en educación 2,5, en empleo 3…» Y el de derechas haciéndose el prudente se descojonará de la risa mientras toca la música que bailan todos.

El papel histórico de la derecha ha sido velar por el establishment  y conservar los privilegios históricos de una minoría, y el de la izquierda inventar el futuro. Los estrategas del conservadurismo  ganan por goleada, ellos determinan las reglas del juego y los estándares por los que se conduce la vida y nos movemos todos (salvo los irreductibles que vamos por libre y no pasamos por el aro). Aunque no comulgo con su credo, reconozco su habilidad para hacer que el mundo gire en torno a sus dictados, ellos determinan la agenda política, lo que se puede tocar y lo que no, lo que es lícito e ilícito, dejando a la izquierda un estrecho margen de juego para discutir matices, lo imprescindible para no romper la baraja. También establece la naturaleza de las ofertas que se pueden realizar a los electores, luego «la izquierda» puede modular las suyas diciendo si hace un poco más o menos. Pero en este juego el electorado sólo tiene una versión auténtica, la izquierda va a rebufo. Se olvidó de Marx (y no me refiero al comunismo), de su tesis  11 sobre  Feuerbach: «Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo». Que tomen nota sus ideólogos y activistas si quieren recuperar su protagonismo histórico en lugar de lloriquear por los rincones y hacer seguidismo. En estos momentos parece más apegada a los postulados marxistas de Groucho (estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros).

La falta de liderazgo lleva a un discurso obstinado para buscar el favor de la gente, cuando los votantes están esperando a ser seducidos por una interpretación potente del futuro y un lugar nuevo adonde dirigirse, esperando una oferta superadora del presente y transformadora del futuro.

La situación se torna desconcertante cuando derecha e izquierda concentran su mensaje en reconstruir el pasado, en el ADN de la izquierda está la superación del tiempo histórico (transformar el mundo), sin dar un paso atrás ni para coger carrerilla. Yo no quiero volver a los tiempos de antes de la crisis, quiero habitar un tiempo nuevo abrazando la incertidumbre.

Liderazgo es pedir a la gente que contribuya a la construcción de una obra colectiva. Está más en pedir que en dar, siempre que haya una causa por la que uno esté dispuesto a morir.

No hay viento favorable para quien no sabe adonde se dirige.

Soy pesimista a corto plazo, la crisis de liderazgo y confianza se va a agudizar. Pero soy optimista a medio y largo plazo, cuando de la catarsis actual retomemos el desarrollo humano en torno a un nuevo paradigma. Necesitaremos aprender a dirigir nuestras vidas y desarrollar una nueva educación que permita a cada persona entrenarse como líder para conducir su existencia, contribuir a la comunidad, emprender y crear valor.

Afortunadamente ya tenemos las herramientas para trabajarlo.

celula

Todo se levanta y se destruye con el liderazgo. La creación de una conciencia global que comprometa a cada individuo con la responsabilidad de la cosa pública, el desarrollo del sentido del legado y la socialización en la formación masiva de líderes, lo harán posible.

Las grandes revoluciones han nacido de la catarsis y el colapso de los sistemas agotados, y el nuestro está a punto de hacerlo. Vienen tiempos difíciles pero esperanzadores, y tú tienes que protagonizarlos.

Asume tu liderazgo ahora y entrénate como líder. Los tiempos de crisis son tiempos de cambio de poder donde te puedes hacer presente para hacer una diferencia. No esperes a que llegue un líder salvífico que te saque del atolladero, da tú el paso.

Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo (Gandhi).

No hay tiempo que perder.

Adelante!!!

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2 comentarios en “Vamos a colapsar. ¡Seguro!

  1. Lucas Ninan Arqueros

    Juan Carlos, es muy cierto lo que manifiestas, por ejemplo en mi país que es el Perú se ve lo que manifiestas , la corrupción está a la orden del día desde los gobernantes hasta la mas humilde policía o diremos toda la envergadura de lugares estatales, ministerios , municipalidades, justicia, etc, todas, todas en general porque ninguna se escapa, hasta el presidente y por noticias lo sabrás que hasta la esposa está metida en jugosas jugadas de dinero mal habido, y esto lo sabemos por estudio lo trajeron a mi Perú los españoles, todo lo que se llama corrupción y ahora se extendió al mundo entero.
    y cuando alguien quiere hacer la revolución contra algún gobierno malo sale el ejercito . la policía corrupta , los gobernantes mafiosos etc, etc, a matar.

    Por eso y muchas cosas mas , siempre digo . los jóvenes a la lucha, los viejos a dirigir, pero a veces existen traidores entre la misma juventud que no tiene valores y es por eso mismo no lo tienen porque sus padres también han sido perseguidos y no pueden estar libres y los chicos van creciendo y tienen necesidades y sabemos por noticias que la delincuencia crece a pasos agigantados en todo el mundo y el liderazgo de padre se va perdiendo, porque lastimosamente el poder tiene dinero y los que no , luchan lo hacen con lo poco o nada tienen y muy pocos los apoyan, lo dio porque yo lucho por la igualdad, pero muchos me apoyan , pero sin dinero no se puede.

    En el aspecto social se puede hacer muchas cosas , cambios, bienestar, etc. etc, para la gente mas necesitada, pero el gobierno de turno siempre busca tener mas pobreza para jugar con ellos, y sabemos que siempre va haber pobreza en todas partes del mundo, gracias.

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